Éste es un asunto de lo más sórdido. Este jueves 14 de septiembre, al final del día, agentes de policía acudidos al apartamento de un padre residente en Perpiñán (Pirineos Orientales) descubrieron el cadáver de un niño de 7 años. El cuerpo del niño, desnudo y desarticulado, fue encontrado en la bañera del apartamento, según informó a Le Figaro una fuente policial, confirmando la información de L’Indépendant.
En el lugar, la policía también descubrió a dos niñas de 2 y 3 años que presentaban “huellas de politraumatismo”, según confirmó la fiscalía de Perpiñán en Le Figaro. El padre de estos tres niños, “muy desfavorablemente conocido” por la policía por actos de “violencia intrafamiliar”, según la misma fuente policial, fue detenido.
Fingiendo malestar cuando llegó la policía, rápidamente lo declararon ileso cuando llegó la ayuda y lo pusieron bajo custodia policial. Según fuentes constantes, un segundo hombre, el tío de las niñas, también fue detenido después de dejar a las dos niñas con su padre.
Según una fuente policial, este hombre de 28 años se había puesto en contacto con una agencia funeraria unos días antes. El padre quería obtener “información” tras la muerte de su hijo. Ante las inconsistentes declaraciones del hombre, un empleado de la agencia dio la alarma a la policía. Después de las comprobaciones, resultó que el hombre tenía la custodia de sus hijos y que su esposa padecía una discapacidad mental.
Trasladadas al hospital, las dos niñas quedaron bajo observación. Uno de ellos resultó con un golpe en la cabeza.
La fiscalía de Perpiñán indicó que se había abierto una investigación penal, confiada al servicio de protección de menores de Perpiñán, así como a la brigada criminal de la comisaría de policía de Perpiñán, por actos de «asesinato de un menor de 15 años, intento de asesinato, violencia contra menores de 15 años por ascendiente, ocultamiento de cadáver, falsificación y utilización de falsificación y secuestro.