Sería «útil» arrojar luz sobre los márgenes de las empresas que venden pesticidas a los agricultores, afirmó una comisión parlamentaria de investigación en un informe publicado el jueves, sugiriendo que obtienen «márgenes indecentes» y deberían pagar más impuestos.
Los puntos principales del informe fueron presentados la semana pasada por su ponente, el diputado socialista Dominique Potier. Describió “un arquetipo del fracaso de las políticas públicas” para liberar a los agricultores de su dependencia de herbicidas, fungicidas e insecticidas sintéticos. El informe completo, de casi 300 páginas, se publicó el jueves. Hace 26 recomendaciones, entre ellas la de «proteger las cuencas para el suministro de agua potable», abriendo en particular la posibilidad de expropiar a un operador para detener la contaminación del recurso por residuos de pesticidas.
El informe también pide que se levante el velo sobre el “punto ciego” de los costes de producción de los proveedores de los agricultores: fabricantes de maquinaria, fertilizantes y pesticidas. “Todo indica que, en diversos sentidos, este sector no está exento de márgenes indecentes y de beneficios de oportunidad”, subraya. Consultada por la AFP, la organización francesa que representa a los fabricantes de pesticidas, Phyteis, no respondió de inmediato. El ponente indica que acudió en noviembre al Ministerio de Economía para evaluar la contribución a la fiscalidad nacional de los fabricantes de productos fitosanitarios, entre ellos los gigantes Syngenta, Bayer, Corteva y BASF.
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“Los controles (…) me dejaron sin palabras: pagar 110 millones de euros en impuesto de sociedades por 2,4 mil millones de euros de facturación implica o una rentabilidad muy baja o una transferencia de costes masiva [una práctica destinada a reducir la base imponible, nota del editor]. Les dejaré imaginar la hipótesis que es la mía”, declaró a los demás miembros de la comisión, según un informe adjunto al informe. “Además, la mitad de estos impuestos son recuperados [por las empresas] en forma de créditos fiscales para la investigación (CIR) cuyo uso no está orientado: no sabemos si se dedicará a moléculas cuestionables o realmente interesantes desde un punto de vista tecnocientífico. vista”, añadió el diputado de Meurthe-et-Moselle. «Todavía podemos preguntarnos sobre los márgenes de beneficio y la fiscalidad de los grandes grupos que realizan el 90% del comercio fitofármaco en nuestro país, cuando vemos que al final sólo pagan poco menos de 60 millones de impuestos de sociedades», insistió.