Olores “pestilentes”: en Mourenx (Pirineos Atlánticos), el metanizador más grande de Francia, encargado por TotalEnergies en enero, supera a los residentes locales y una cincuentena de personas expresaron su “hartazgo” el jueves 26 de octubre frente a la planta de producción de biogás. pidiendo al grupo que actúe. El gigante energético francés asegura que “encontrará soluciones” y la dirección del sitio reconoce un problema “vinculado al almacenamiento de residuos vegetales”: las hojas de maíz.

En su sitio asfaltado de tres hectáreas, llamado BioBéarn, TotalEnergies recupera la gran mayoría de los residuos agrícolas, de origen animal o vegetal, pero también los lodos de las depuradoras o los biorresiduos domésticos.

«Ha sido insoportable durante todo el verano, el olor es tan pestilente que ni siquiera puedes quedarte afuera», testificó Michelle Marszalck, que vive a 500 metros del lugar. L’origine du problème «ne vient pas du processus de méthanisation», a affirmé Alban Stansfeld, directeur des opérations pour TotalEnergies, mais de l’emploi d’un maïs «frais et avec beaucoup de jus qui a généré plus d’odeurs que en general». Este montón de material triturado, cubierto con una lona, ​​se encuentra fuera de los edificios.

Entre julio y septiembre, los vecinos realizaron alrededor de un centenar de denuncias. La empresa destaca que el calor y el viento han sido “desfavorables”. «Pero depende de nosotros adaptarnos a estas condiciones», admitió Alban Stansfeld, quien admite que el «viaje de los olores» no fue suficientemente comprendido por el grupo que «está aprendiendo a dominarlo». Se trabajará “en primavera” para recibir maíz “mejor prensado y con menos jugo” y “optimizar los caños”, anunció el directivo. También está prevista una cobertura más adecuada para el próximo verano.

«Por el momento, no ha habido nada concreto que nos haga ser optimistas», lamentó Jean-Claude Bergé, presidente de la asociación AEPS, al inicio de la concentración. A mediados de octubre, la oposición municipal de Mourenx exigió al prefecto un estudio “cuantitativo y cualitativo” de los olores y un “plan” para reducir “estos fenómenos hedores”.

En términos más generales, a escala de la cuenca del Lacq, un Observatorio de Olores, gestionado por la organización Atmo Nouvelle-Aquitaine, permite informar de molestias y posibles fallos de funcionamiento. Según su representante, Sarah Le Bail, las noticias sobre “el olor a fermentación” han adquirido este año una magnitud sin precedentes. Induslacq, una asociación de industriales, publica boletines informativos bimensuales sobre el tema. “Una herramienta esencial para seguir progresando”, subrayó Yves Le Borgne, uno de sus miembros.