Se dictó sentencia condicional de tres días contra un policía, así como amonestaciones para otros tres agentes, cuyas acciones habían sido denunciadas en el libro Flic del periodista encubierto Valentin Gendrot (2020), supo el miércoles 14 de junio por AFP de fuente cercana. al expediente y de la Dirección General de la Policía Nacional.

Tres de estos cuatro cascos azules están acusados ​​de haber participado en lo que el periodista, infiltrado como asistente de seguridad (ADS) en la comisaría del distrito 19 en 2019, describió como el mayor «desenfoque» al que se le había dado la oportunidad de asistir.

Durante un control, un policía había «golpeado» y «golpeado» varias veces a un adolescente, y luego «golpeado», según el relato del periodista. Los otros policías presentes, así como Valentin Gendrot, habían cubierto la escena. Se había escrito un informe “falso” para “acusar al niño y absolver” al policía, según el periodista. Valentin Gendrot relató haber presenciado otras «palizas» y testificado sobre prácticas «racistas» por parte de ciertos agentes de policía.

Tras la publicación del libro, la Jefatura Policial había incautado a la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN) de una investigación administrativa. En su informe, con fecha de enero de 2021 y obtenido por AFP, la IGPN señala “faltas profesionales y conductas contrarias a la ética policial”. La IGPN precisa que la escena de la «metida de pata» es una de las únicas que pudieron «objetivar», en particular gracias a las grabaciones transmitidas por Valentin Gendrot.

“Al haber abofeteado sin justificación alguna” a un joven durante el control, el policía que recibió la exclusión suspendida “hizo un uso desproporcionado de la fuerza”, señala la IGPN. También incumplió el «deber de proteger al detenido» al «dar un golpe» a su hermano, e incumplió el «deber de lealtad» al abstenerse de mencionar estos golpes en el informe de detención.

Los otros dos pacificadores están acusados ​​de no haber mencionado, por uno, las palizas en el informe y, por el otro, que era el patrón, de no haber impedido que su colega golpeara a la víctima ni supervisado la redacción del informe. El cuarto pacificador fue reprendido por fanfarronear ante el reportero sobre otros abusos de otros detenidos. Todavía está en curso una investigación judicial abierta en paralelo por la fiscalía de París.