«Bombas de calor: ¡te arriesgas a pasar frío!», los 60 millones de consumidores mensuales publican este jueves un estudio que denuncia problemas de instalación y funcionamiento durante la instalación de bombas de calor, llamando a la vigilancia. La revista detalla en un archivo de diez páginas los «testimonios de consumidores insatisfechos» que no consiguen cobrar las ayudas anunciadas y «se encuentran pagando su instalación mucho más de lo previsto».

Para llevar a cabo este dossier, el medio se basó en un estudio de propietarios que deseaban equiparse con un nuevo sistema de calefacción. Se contactó a seis instaladores de bombas de calor, “pero las propuestas que recibieron (los propietarios, nota del editor) no fueron satisfactorias. Solo un instalador ha hecho un trabajo serio”, subraya el artículo que abre el expediente. “Algunos encuentran que su consumo de electricidad está aumentando y que los ahorros anunciados no están allí; otros pasan frío durante su primer o segundo invierno con su bomba de calor”, informa el mensual.

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Para evitar estos desperfectos, la revista recuerda que “los instaladores seleccionados deberán contar con la mención de Aval Reconocido por el Medio Ambiente (RGE) para la instalación de una bomba de calor”, en caso contrario las ayudas económicas que ofrece el Estado no son accesibles. Otro consejo: no firme un presupuesto antes de una visita in situ, si se ofrece un contrato de mantenimiento es una «buena señal» y «El profesional debe pasar por todas las habitaciones, comprobar su aislamiento» y no realizar «visitas expeditivas». ”.

El mercado de las bombas de calor, una de las cuales cuesta de media entre 5.000 y 8.000 euros, está creciendo rápidamente pero es objeto de cada vez más casos de estafa. Se han denunciado decenas de casos a la Dirección General de Competencia, Consumo y Prevención del Fraude (DGCCRF). Desde el 1 de enero de 2022, las regulaciones prohíben las soluciones de calefacción solo a gas en viviendas nuevas. La prohibición se impondrá a las viviendas colectivas en 2025, cuando solo se autorizarán soluciones híbridas, integrando una bomba de calor eléctrica o un calentador de agua termodinámico.