Un guardia penitenciario, dependiente de la prisión de Fresnes, fue condenado el viernes 27 de octubre por el tribunal penal de Créteil, por violencia contra un recluso, a 18 meses de prisión suspendida y a la prohibición de ejercer su trabajo.

El guardia de 41 años, ya condenado por hechos similares cometidos en 2015, trabajaba en la unidad de semilibertad (QSL) de Villejuif, dependiente del centro penitenciario de Fresnes. Fue juzgado por abofetear a un recluso en abril, algo que él niega.

Este recluso aseguró que el supervisor lo había citado a una habitación aislada antes de abofetearlo y “ponerle una escoba” y luego enviarlo de regreso a su celda, donde su compañero de prisión dijo haber notado que tenía la mejilla roja.

El imputado sostuvo que no tocó al detenido quien, según él, se encontraba en estado de ebriedad en el momento de los hechos. Sin embargo, el presidente del tribunal le criticó por haber “dicho todo y todo lo contrario” a lo largo del proceso. La fiscalía, que pedía 18 meses de prisión, seis de los cuales suspendidos, pidió «eliminar esta violencia legítima que se le ha impuesto».

La abogada del guardia penitenciario, Maestra Isabelle Nadal, consideró que el caso era “completamente inestable”. “Les pedimos (…) que erradiquen (a mi cliente) del servicio público y le condenen a una pena extremadamente severa”, suplicó.

El funcionario ya había sido condenado en 2018 por el Tribunal de Apelación de París a diez meses de prisión suspendida y cuatro meses de prohibición de empleo público por actos de violencia contra un detenido de Fresnes en 2015.

Según la sentencia judicial, consultada por la AFP, el guardia mostró «falta de autocontrol» al abofetear y agarrar por la garganta a un recluso en su celda. Se abrió entonces una investigación administrativa y el supervisor compareció ante el consejo disciplinario.