El número de presos en Francia disminuyó ligeramente, aunque sigue siendo muy elevado, con 73.693 personas encarceladas el 1 de septiembre frente a 74.237 en agosto, según datos del Ministerio de Justicia publicados el jueves 28 de septiembre. El número de plazas operativas en las cárceles francesas era de 60.629 a 1 de septiembre.

La densidad penitenciaria general es del 121,5%, frente al 118% de hace un año. En los centros de prisión preventiva, donde se encarcela a los detenidos en espera de juicio, y por tanto presuntamente inocentes, y a los condenados a penas cortas, la tasa de ocupación es del 144,5%. Alcanza o incluso supera el 200% en ocho establecimientos.

En total, 15.971 personas detenidas exceden actualmente las plazas disponibles en las prisiones francesas. Debido a este hacinamiento, 2.361 detenidos se ven obligados a dormir en un colchón colocado en el suelo. Había 1.830 el 1 de septiembre de 2022.

Entre los encarcelados, 19.516 son acusados, encarcelados en espera de juicio. Representan el 26,5% del total de presos (el mismo porcentaje que el año pasado). En total, 89.190 personas fueron detenidas al 1 de septiembre. Entre ellos, hay 14.730 no detenidos colocados bajo un brazalete electrónico o colocados en el exterior.

El número de mujeres encarceladas (3,7% del total de la población penitenciaria) y menores (0,8%) se mantiene estable. La superpoblación carcelaria crónica le valió a Francia una nueva condena del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) el 6 de julio.

En una nota publicada en el Diario Oficial el 14 de septiembre, el interventor general de los lugares de privación de libertad (CGLPL), Dominique Simonnot, recomendó «la inclusión en la ley» de un sistema normativo que permita controlar la superpoblación penitenciaria.

“La primera solución para combatir el hacinamiento carcelario es construir nuevos espacios penitenciarios operativos”, respondió el ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti.