La derecha parisina se frota las manos. A pocos meses de los Juegos Olímpicos, que se celebrarán en el verano de 2024, el alcalde de la capital se prepara activamente para este evento mundial. Ciertos eventos deportivos, como el surf, al ser acuáticos, tendrán lugar en territorio francés… pero al otro lado del mundo. Teniendo esto en cuenta, Anne Hidalgo había previsto un viaje oficial a la Polinesia y luego a Nueva Caledonia del 16 al 21 de octubre.

Si este viaje no supuso un problema en sí mismo, la excandidata presidencial del PS decidió, hace diez días, prolongar su estancia en la isla de Tahití hasta el 6 de noviembre. Según su entorno, citado por la AFP, está “de vacaciones” hasta el próximo lunes. Una sutil incorporación al calendario que hace temblar aún más al Consejo Municipal, ya que la última aparición pública del socialista en París se remonta al 11 de octubre. Así hace casi tres semanas. Lo suficiente como para provocar críticas y burlas por parte de la derecha.

Y en particular del grupo “Changer Paris”. “Cuando pretendemos constantemente hacer de la ecología y el desarrollo sostenible la piedra angular de nuestra política municipal, no aumentamos los viajes oficiales y evitamos las vacaciones privadas en el Pacífico Sur”, bromeó el lunes el campamento de Rachida Dati hasta el 17 de noviembre. Todo ello, utilizando los códigos y diseño de los canales continuos de noticias. El martes, el grupo Republicanos y Aliados dio en el clavo al recordar los “20 viajes (oficiales) alrededor del mundo” de la alcaldesa de París desde su reelección hace tres años. Viajes que equivaldrían a una huella de carbono de “51 toneladas de CO2”.

Para alimentar el asunto, a través de la burla, el grupo también publicó la foto de una camiseta “Hidalgo carbon tour”, con la lista de todos los viajes de Anne Hidalgo en 2023 impresa en la parte posterior de la prenda. Al igual que las camisetas de giras musicales reales. Para evitar cualquier confusión de géneros, la derecha pide a Anne Hidalgo que «presente los mandatos especiales emitidos para su viaje» a la Polinesia, que «le comunique la composición precisa de la delegación» y que «indique el coste global de este viaje». y su huella de carbono. Si el asunto inquietó a los electos parisinos, el entorno del alcalde desestimó, en varios medios de comunicación, una “polémica angustiosa”.