Por supuesto, no hay nada deshonroso en quedar eliminado en las semifinales de la Liga de Campeones. El Dortmund merece su lugar, después de terminar primero en el “grupo de la muerte” (PSG, Milán, Newcastle) y eliminar al Atlético de Madrid en cuartos de final, y no le ha robado nada a nadie. Una vez que hayamos abordado la corrección política y el lenguaje rígido, hablemos con franqueza.
Nadie hubiera imaginado que este PSG, con sus límites conocidos por todos, llegara a las semifinales de la C1, pero el apetito viene con comer (con la ayuda de una tabla asequible: Real Sociedad, FC Barcelona). Y cuando se presenta una oportunidad, hay que aprovecharla. Hoy y ahora. Nadie sabe cuándo llegará París a este nivel al perder el próximo verano a su mejor jugador, una estrella capaz de marcar 40 goles por temporada. Luis Enrique tiene buenas razones para anunciar que su equipo será mejor la próxima temporada, si está la posibilidad de estar en la final del 1 de junio en Wembley, para qué privarse de ella.
Gracias a su comunicación y a un nuevo proyecto menos centrado en las estrellas, el PSG casi pasaría por un club tímido que descubre las altas esferas del Viejo Continente. Recordemos todavía la inversión realizada el verano pasado con más de 400 millones de euros invertidos (por algo más de 100 millones de euros en ventas) en el mercado de fichajes. Por éxitos comprobados (Barcola, Dembélé, L. Hernandez…) y éxitos limitados (Kolo Muani, Skriniar, Ramos, Ugarte, Kang-In-Lee…).
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Entonces, cuando te encuentras con el Borussia Dortmund (5º en la Bundesliga) en la semifinal de la Liga de Campeones, sí, sería un fiasco no pasar. Esto no es faltarle el respeto a este equipo, solo ser objetivo y objetivo. Jugando mal, en un contexto hostil y con el BVB mostrando individualidad en el partido de ida, el PSG sólo perdió por un gol. Con un Parque de los Príncipes en llamas, entrenadores al 100% el martes por la tarde y un equipo que no corre 10 kilómetros menos que el contrario, esto debe pasar contra un rival que no es un gran nombre europeo. París pagó para ver el pasado miércoles en el Ruhr, ahora hay que asumir y soñar en grande para una velada histórica.
Fiasco, la palabra es demasiado fuerte. El Dortmund no es un equipo de perdices del año. El PSG es favorito, pero tampoco deberíamos verlo lucir demasiado bien y olvidarnos del empate favorable en los octavos e incluso en los cuartos. El Borussia tiene argumentos, lo sabíamos desde el principio. Además, el miércoles pasado algunos jugadores hicieron todo lo posible, como los extremos Jadon Sancho y Karim Adeyemi, pero también Mats Hummels y Niclas Fullkrug. No es una vergüenza enfrentarse a este BVB. Pero evidentemente, los arrepentimientos serían grandes en caso de abandonar la pista parisina.
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Ciertamente, el PSG ahora quiere tener paciencia después de cambiar de estrategia el verano pasado, jugando la carta de la juventud, la del colectivo más que de las superestrellas. Un PSG que no necesariamente esperábamos a estas alturas de la competición al inicio de temporada. Pero no todos los días tenemos la oportunidad de enfrentarnos en semifinales de C1 a un equipo del nivel del Dortmund, un muy buen equipo como hemos dicho, pero no un gran nombre. Los grandes nombres estaban en la otra parte de la tabla. Quién sabe si la oportunidad se presentará el año que viene, el próximo, el siguiente… (Baptiste Desprez)
Luis Enrique promete que París “será mucho mejor” el año que viene. Será sin Kylian Mbappé. Mientras tanto, defiende los colores rojo y azul. ¿Pensando en el futuro? Probablemente la dirección hizo bien en cambiar la política. Sin embargo, es ahora cuando debemos soñar en grande y aprovechar la oportunidad antes de comenzar realmente la “nueva era” decretada por Nasser Al-Khelaïfi, sin “KM”. De ahí a hablar de fiasco en caso de eliminación, no. Un fracaso, una decepción, una desilusión, arrepentimientos, sí. (Descuento de Christophe)