Disfrute del verano en el jardín o en el balcón: para muchas personas la música es imprescindible. Pero para que puedas disfrutar de tu canción favorita sin preocupaciones, debes tener en cuenta lo siguiente. De esta forma no habrá sorpresas desagradables.
En principio, está permitido escuchar música, ver la televisión o celebrar en el propio jardín o en el balcón. Sin embargo, lo importante es el volumen de estas actividades para evitar la contaminación acústica.
Incluso durante el día, la música no debe exceder el nivel del «volumen de la habitación». Sin embargo, el término «volumen de la habitación» no está definido con precisión por ley y subjetivamente puede percibirse de manera diferente. Como referencia puede servir un nivel de volumen de 30 a 40 dB, que corresponde aproximadamente al ruido de un frigorífico funcionando o de un ligero chaparrón.
Para prevenir conflictos es importante respetar los periodos de descanso legalmente establecidos. Estos pueden variar según el estado federado y el municipio. A menudo también existen regulaciones individuales en el contrato de alquiler. Las siguientes regulaciones son comunes:
Durante los períodos de descanso especificados se deben evitar los trabajos de jardinería ruidosos; No está permitido el uso de dispositivos eléctricos o accionados por motor. Las conversaciones en el jardín o en el balcón deben mantenerse a un volumen bajo. La música debe estar tan baja que apenas se pueda oír en el apartamento vecino, idealmente por debajo de 35 decibeles.
Los ladridos fuertes de un perro o las discusiones se consideran una molestia. No se permite hacer música durante este tiempo. Los demás inquilinos deben tolerar el llanto nocturno de un bebé en un apartamento vecino.
En el mejor de los casos, se establece una regulación que tiene en cuenta ambas partes: la posibilidad de expresar la propia personalidad escuchando música (Ley Básica de la República Federal de Alemania, artículo 2), así como el derecho de los vecinos a la paz y al descanso.
La comunicación abierta y los acuerdos claros pueden desactivar los conflictos desde el principio o evitar que estallen. Las molestias sonoras fuertes y continuas pueden considerarse una deficiencia en el alquiler. Si las molestias por ruido continúan, se podría considerar una reducción del alquiler u otras acciones legales. El incumplimiento de los tiempos de descanso puede acarrear multas de hasta 5.000 euros.