David Dufour, residente de Gatineau, también conocido como D-Track, trabaja desde hace 20 años. Su cuidada pluma y su dominio de la técnica se han destacado en una decena de álbumes.
La reciente Hull (2021), Territoiredelours (2023) y este nuevo L’Osstidtour destacan, entre otras cosas, por la calidad de su producción. Esta vez, D-Track pone sus rimas en ritmos de su compatriota DaHeala, colaborador desde hace mucho tiempo de The Weekend, August Fanon, que ha puntuado piezas de Mach-Hommy y Armand Hammer, así como de talentosos nomtks quebequenses, Ruffsound, Boogat y Apila Moolah. Quest, socio de D-Track, así como el propio rapero también firmaron algunas instrumentales.
La variedad de compositores no perjudica la cohesión de la obra: la atmósfera es brillante y maravillosa. Esto lo transmite sobre todo, e incluso lo propaga, el simpático rapero. D-Track es uno de los pocos artistas cuyas llamadas canciones comprometidas no adquieren un brillo de autosatisfacción. Su autenticidad es palpable. Su sinceridad cautivadora es la de un hombre feliz de expresar su alegría de vivir.
En Flandes, D-Track lleva al extremo el personaje del chico bueno con frases hilarantes, como: “El defecto por el que a menudo me critican es que es demasiado educado/Para enviarte mierda, no chu también, no él/ Soy el más grande. fanático del compromiso/le doy una buena propina al empleado”.
Ofrece algunas otras piezas conceptuales. En Micro, con su magnífico ritmo, el rapero utiliza la palabra del título en todos los sentidos. El jazz Chez l’opto imita una visita al oftalmólogo, pero se centra más en la forma en que miramos la vida. El condominio Osstidtour sigue el mismo espíritu que La rue principale, des Colocs. Aunque da título al álbum, no se encuentra entre los más exitosos. D-Track es un buen autor, pero algunas de sus metáforas son cuestionables y algunas comparaciones están pasadas de moda. Aunque a veces es prolijo, su fluidez impresiona en algunas ocasiones, como en Oh Mah God.
Good Times (con Sam Faye y Caro Dupont), The Most Beautiful Dreams, Keep On y Post-It to Oneself podrían inspirar a los departamentos de recursos humanos que carecen de ideas para motivar a sus tropas. Incluso yo quiero ser rico transmite más un mensaje sobre el valor del arte que sobre la búsqueda de dólares.
En éste, que se beneficia de un pegadizo estribillo de Taga, D-Track subraya: “No puedo vivir de amor y agua dulce/No es el amor lo que va a pagar mi alquiler/El gran sueño de j’/Esas estaciones de radio comerciales Empezaría a tocar mi porro». Nos resulta inconcebible que su música, escrita en un francés ejemplar, no esté más presente en las ondas.
D-Track nunca ha tenido un gran éxito, pero algunas señales de reconocimiento por parte de la industria, un apoyo notable, una buena base de admiradores y el placer de rapear parecen satisfacerlo. Mejor !