«Alimentar palomas estúpidas», como decía Renaud en su canción Mistral Gagnant, ya no será posible en Roanne. El municipio anunció este martes que a partir de ahora estará prohibido dar de comer a los animales callejeros en el dominio público bajo pena de multa de hasta 450 euros. Una medida puesta en marcha tras las denuncias diarias sobre la proliferación de palomas y gatos en la ciudad.
La alimentación de palomas y gatos no domesticados ya estaba prohibida, bajo ciertas condiciones, por la ley del Código Rural. El texto se aplica a través de decretos prefectorales destinados a combatir la insalubridad y las molestias por ruido. Un objetivo compartido por el municipio de Roanne. “La multa ya existía en las normas sanitarias departamentales del Loira, pero decidimos pasar a una fase de represión por el aumento de las denuncias”, explica a Figaro Romain Bost, concejal municipal encargado de bienestar animal, naturaleza en la ciudad y los bosques municipales de Roanne.
El pájaro de plumas grises ya no goza de muy buena reputación en las ciudades. Aunque no esté en la lista de animales «dañinos», su proliferación es responsable de muchos depósitos de excrementos. “En los edificios tenemos balcones cubiertos por tres centímetros de excrementos”, declara a Figaro Romain Bost. El ave también puede ser vector de enfermedades para los humanos, como la ornitosis en las palomas, que provoca dificultades respiratorias y vómitos al paciente. Los restos de comida que se dan a las palomas, como semillas y pan rallado, atraen a ratas y ratones.
Los gatos, a pesar de su apariencia que puede ablandar a algunas personas, son una gran amenaza para la biodiversidad. A diferencia de los perros, los felinos han conservado un instinto depredador. Son los responsables del declive de determinadas especies de aves, lagartijas o pequeños mamíferos que en ocasiones se protegen. Se reproducen extremadamente rápido si encuentran un lugar con una fuente de alimento regular. “Si pones un macho y una hembra en un terreno baldío con comida, cuatro años después habrá 20.000 gatos”, anuncia Romain Bost. En 2020, los diputados de la EELV habían querido, sin éxito, presentar una enmienda para clasificar a los gatos en la lista de animales «dañinos».
Para garantizar la correcta aplicación de esta decisión, el municipio ha designado un referente animal jurado. Su misión será circular por las calles de la ciudad para advertir y verbalizar a las personas que alimentan a los animales. La policía municipal también está autorizada para realizar controles. Los gatos sin dueño serán esterilizados y podrán ser alimentados en ocho refugios exclusivos en la ciudad.
Por su parte, la fundación defensora de los animales “30 millones de amigos” se muestra atemperada por esta decisión. “El 16 de febrero de 2023, la Ciudad de Roanne y nuestra fundación firmaron un acuerdo para la esterilización e identificación de gatos salvajes libres para supervisar la implementación de una acción destinada a controlar las poblaciones de gatos libres sin dueño, mediante el control de su reproducción, de acuerdo con la legislación vigente, se detalla en Figaro el departamento legal de la organización. Según lo dispuesto por el artículo L.211-27 del Código Rural, se autoriza la alimentación de estas poblaciones en el lugar de su captura”. Una vaguedad legal que no debería suponer un problema para el municipio. “De hecho, hay una diferencia de interpretación de la convención, para nosotros un gato sin dueño, sea estéril o no, sigue siendo un animal callejero, por lo tanto, alimentarlo es reprobable con una multa”, responde Figaro Romain Bost.
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A pesar de este desacuerdo, el concejal asegura que “la fundación “30 millones de amigos” ha confirmado a la ciudad de Roanne la corrección de esta decisión”. «No corresponde a la fundación determinar si el municipio de Roanne está ‘en su derecho’, solo los textos legislativos en vigor lo permiten», contesta la fundación a Le Figaro. Se debe hacer un informe en unos meses para verificar que la medida conduce a una disminución de las quejas en Roanne.