Duodécima jugadora del ranking WTA, Haddad Maia se invita a las semifinales de Roland-Garros, cuando nunca había logrado pasar de la segunda ronda de un Grand Slam. La paulista aprovechó, en esta parte de la tabla, la temprana retirada de la kazaja Elena Rybakina, a quien podría haber enfrentado en octavos de final. Había dominado a la española Sara Sorribes durante un partido épico, completado en casi cuatro horas (3 h 51 min). El tercer single femenino más largo en la historia del torneo. Este miércoles dominó a la tunecina Ons Jabeur, visiblemente mermada en el último acto, 3-6, 7-6 (7/5), 6-1.
Beatriz Haddad Maia ha revivido su carrera lastrada por las lesiones y una sanción por dopaje. En julio de 2019, el alto zurdo (1,85 m) dio positivo por anabolizantes y tuvo que cumplir una suspensión de diez meses. Sus abogados, sin embargo, consiguen demostrar que se trata de un error de la farmacia que en su momento le proporciona complementos alimenticios.
De origen libanés por parte de su bisabuela, Haddad Maia sigue los pasos de su ilustre compatriota Gustavo Kuerten, ganador de la ocre parisina en tres ocasiones (1997, 2000 y 2001).