(París) La italiana Jasmine Paolini, 15ª del mundo, dio la sorpresa al vencer a la kazaja Elena Rybakina (4ª) por 6-2, 4-6, 6-4, el miércoles en Roland-Garros y se metió así entre los cuatro finalistas de un torneo Torneo de Grand Slam.

“Es increíble… el partido fue muy difícil y estuve demasiado tenso en el segundo set, pero me mantuve en el partido y ¡aquí estoy! », lanzó con voz ronca la jugadora de 28 años que nunca antes había pasado de los octavos de final de un Grand Slam (alcanzado en Australia este año). En Roland Garros nunca había pasado de la segunda ronda.

Paolini, que devolvió 21 centímetros a su rival, se enfrentará el jueves a la bielorrusa Aryna Sabalenka (2ª) o a la rusa Mirra Andreeva (38ª) por un puesto en la final.

Pero el miércoles, ayudada por la avalancha de errores directos cometidos por su plácido oponente (48 en total contra 22 de Paolini), la ágil italiana supo mostrar su amplia sonrisa.

Contra todo pronóstico, Paolini puso en juego desde el principio a la poderosa Rybakina, cuyo servicio es una de las principales armas.

Pero esta arma estaba fuera de control el miércoles, ya que Rybakina todavía tuvo que defender dos puntos de quiebre en su segundo juego de servicio, que terminó ganando.

Y por el contrario, fue Paolini (1,63 m) quien se mostró soberana en su fildeo, ganando sus primeros tres juegos de servicio (con un ace) e incluso dejando sólo un punto a su oponente que multiplicó los errores no forzados (16 de de 49 puntos jugados en total en el primer set, o un tercero).

En el segundo set, nuevamente, Paolini, muy agresivo, logró rápidamente el break (2-1). Pero esta vez, Rybakina se recuperó inmediatamente (2-2).

Nuevo intercambio de servicios del 3-3 al 4-4 mientras el partido se ponía tenso. Y Rybakina empató en un set con un break en el último juego del set, mientras que el éxito de Paolini decayó.

“En ese momento, tuvimos que permanecer en el juego y olvidarnos de esa segunda entrada. Entonces recordé que ella era una gran campeona y que eso podía pasar”, comentó Paolini.

Y una vez más, fue ella quien mejor empezó la ronda decisiva con una nueva ruptura, inmediatamente borrada, luego una segunda, nuevamente borrada. Los jugadores se mantuvieron empatados hasta el 4-4. La italiana luego aceptó el desafío de Rybakina por séptima vez y concluyó con su servicio.

“Era la primera vez que jugaba en esta magnífica cancha (Philippe-Chatrier). Es sin duda uno de los más bonitos del mundo”, dijo antes de regresar al vestuario.