Ya apuntadas a principios de año, las citas médicas no cumplidas todavía están en el punto de mira de Emmanuel Macron, quien desea “castigar” a los pacientes deshonestos, mientras que su gobierno hasta ahora se ha mostrado reacio. El ejecutivo está trabajando a toda máquina para “liberar tiempo médico”. El Jefe de Estado lo repitió el domingo en Le Parisien: “La respuesta es multifactorial”. Y por enumerar soluciones clásicas, como “formar más” cuidadores o “invertir en el hospital”. Pero también hay que «empoderar mejor a los pacientes», añade, anunciando que «a los que no acudan a las citas, les vamos a sancionar un poco». Palabras que recuerdan sus deseos a los actores de Sanidad, a principios de enero.

En cuanto a los médicos, la Orden, la Academia y sindicatos como la UFML han estimado 27 millones de consultas perdidas cada año. “No existe una solución milagrosa o automática”, explica el séquito del ministro de Salud François Braun, subrayando que “una de las claves ya es seguir concienciando e informando sobre las consecuencias de un nombramiento no honrado”. El trabajo está bien planificado, no solo con Seguros de Salud, sino también con médicos, plataformas de reserva de citas y asociaciones de pacientes.

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El portavoz de este último, Gérard Raymond, está aún más sorprendido por la posición adoptada por el Jefe de Estado. «Decir que vamos a hacer pagar a los pacientes no está a la altura», responde el presidente de France Assos Santé -que agrupa a 90 asociaciones de pacientes y usuarios del sistema sanitario-. “Nos enfrentamos a esta solución simplista”, insiste, recordando que una sanción económica es por el momento “contraria a la ley, porque un médico no puede cobrar por una consulta que no ha realizado”.

Para evitar llegar allí, la salvación podría venir desde las plataformas. El líder del mercado, Doctolib, ha prometido mejorar su «sistema de recordatorios» para septiembre para «limitar los descuidos tanto como sea posible». También se está realizando una prueba entre 5.000 médicos -médicos generales y pediatras- para rebajar el «período de cancelación» mínimo a «una o dos horas antes de la cita» frente a las 4 horas actuales. Con la esperanza de reducir la cuota de «no viene, no avisa», hoy ronda el 3,4% de los pacientes de estas especialidades.