Le Figaro Marsella
Es un lugar que cristaliza la tensión de todo un barrio y de sus habitantes, firmemente opuestos a su apertura prevista para principios de 2024. Dentro de unos meses, el número 110 del Boulevard de la Libération, en el distrito 4 de Marsella, debería albergar una “adicción Care”, la tercera parada de este tipo abierta en Francia en los últimos años. En este local de 400 metros cuadrados con arquitectura preservada se crearán ocho “salas de consumo de drogas de menor riesgo” que albergarán hasta 100 consumidores de drogas por día.
La apertura de este local, anunciada en el programa de la lista Printemps Marselleses durante las elecciones municipales de 2020, fue actualizada el pasado mes de octubre. El proyecto lo lleva a cabo la asociación de prevención ASUD Mars Say Yeah con el apoyo del municipio de Marsella, en el marco de una política de experimentación del plan nacional de movilización contra las adicciones. Pero el lugar elegido, antigua sede de la Escuela de Ingeniería de Marsella, se hizo conocido entre los vecinos a través de la prensa. “No hubo ninguna consulta, se nos presentó un hecho consumado”, lamenta un residente del colectivo Enfants Libération en declaraciones a Le Figaro. Los integrantes de esta iniciativa ciudadana, formada por vecinos del lugar, padres de estudiantes e incluso comerciantes de varios barrios colindantes al proyecto, se han opuesto firmemente desde entonces a la apertura de esta sala de rodaje.
“El proyecto se iba a instalar originalmente en un edificio hospitalario, luego cerca de la estación Saint-Charles y en Colbert. Sólo que los alcaldes de los distritos afectados se opusieron”, continúa este vecino. “Por tanto, la sala se encontrará en medio de un barrio que no está identificado como lugar de consumo y que se encuentra a unos veinte minutos a pie. Nos gustaría entender las motivaciones de esta elección”, subraya.
Los miembros del colectivo Enfants Libération están especialmente preocupados por la proximidad directa del local a varios centros educativos. En total, una veintena de escuelas están situadas en el 110 del bulevar de la Libération en un perímetro de 700 metros. “A una de las paredes del local se encuentra una guardería que acoge a un centenar de niños. Las ventanas de la guardería dan incluso al patio de la sala de rodaje”, explicó el colectivo a Le Figaro. En total, 5.000 niños se desplazarán diariamente cerca del recinto para acudir al colegio. “Elegimos una zona con 5.000 cobayas”, afirma el vecino del lugar, miembro del colectivo. Los residentes temen la aparición de «consumidores que se verán abandonados a su suerte», así como un «microcosmos que gravitará alrededor», es decir, traficantes que ofrecen estupefacientes.
Contactada por Le Figaro, la asociación que lidera el proyecto, ASUD, quiere ser evaluada sobre la naturaleza del experimento, destacando en cambio la utilidad de un “proyecto de salud pública”. “Sabemos que esto genera miedo. Es efectivamente un lugar donde la gente consumirá, pero será recibida por médicos, enfermeros y asistentes para ofrecerles apoyo asistencial”, asegura Stéphane Akoka, director de ASUD Mars Say Yeah. “El lugar cumple con especificaciones precisas, tiene un patio interior para dar entrada a los usuarios del local. Se contratará a varias personas a tiempo completo para atenderlos seis horas al día. Nos coordinaremos con los colegios locales para que nuestro horario de apertura no coincida con el de ellos”, añade.
¿Por qué elegir una ubicación cerca de varias escuelas? Para ASUD y el municipio, la ubicación de estas escuelas escapa a su control: “Hay muchas escuelas en Marsella, vayas donde vayas”, afirma Stéphane Akoka. “El lugar respeta un marco legislativo y ha sido validado por la agencia nacional de salud”, explica a Le Figaro Michèle Rubirola, primera teniente de alcalde de Marsella. “Una vez validado por el comité directivo, se envió al Ministerio de Salud para obtener un decreto, que todavía estamos esperando y debería llegar pronto”, explica.
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ASUD y el municipio también aseguran que la instalación de este “centro de atención a las adicciones” estará acompañada de un seguimiento médico y policial diario. “La jefatura de policía ha indicado que los servicios de policía nacional se movilizarán en caso de problema. Tenemos previsto trabajar diariamente con un comité vecinal”, insiste Stéphane Akoka. “Estamos trabajando para que todo vaya bien”, intenta tranquilizar Michèle Rubirola. “Este proyecto responde a cuestiones sanitarias, sociales y de seguridad”, concluye.
Argumentos que no han convencido a los vecinos ni al colectivo Enfants Libération, que explican que no reciben “ninguna información” sobre la fecha de apertura del lugar. En respuesta, el colectivo convocó una manifestación de protesta este sábado a las 10:30 horas frente al centro social Fissiaux en el distrito de las Cinq Avenues. “Cuanta menos información tengamos, menos podremos luchar. No queremos convertirnos en conejillos de indias en un experimento que se lleva a cabo en un clima que provoca ansiedad”, resume un residente local angustiado.