(París) Balenciaga presentó el miércoles en París una colección muy streetwear y el libanés Elie Saab adornó sus vestidos de noche con 1001 diamantes, mientras los locos Viktor y Rolf transformaban sus modelos en experimentos gráficos.
En Balenciaga, la colección multigénero y multitemporada es un auténtico revoltijo: plumífero XXL a modo de pelota protectora, ponchos con bandas horizontales en tonos verdes, rosas y grises, sudadera con estampado trashy, firma comercial de Demna.
“Esta colección de alta costura es un homenaje a los códigos de vestimenta de la contracultura”, advierte el diseñador en su nota.
El abrigo largo de piel, un archivo de Cristóbal Balenciaga que sobrevivió al cambio de estilo, sigue a un vestido con cinturones superpuestos, una construcción recurrente de la temporada.
Los toques fucsia, en vestidos o tintes de pelo, aportan un colorido casi manga a las siluetas desproporcionadas y muchas veces en negro.
La pieza final es un vestido efímero, como una bola de tela arrugada, confeccionado con 47 metros de nailon negro, “que sólo existirá mientras dure el desfile”, especifica en su nota de intenciones Balenciaga, históricamente afincado en París y de que Demna, de 43 años, asumió en 2015.
El georgiano es conocido por su estilo irónico y estrafalario, que ayudó a que la antigua casa de moda fundada por el modisto vasco volviera al centro de los videojuegos y las redes sociales.
Demna viste especialmente a Kanye West y su exmujer, Kim Kardashian, Justin Bieber, Aya Nakamura y la exigente actriz francesa Isabelle Huppert.
Para esta semana de la alta costura otoño/invierno 2024-2025, fue su amiga, la cantante Katy Perry, quien vino a apoyarlo, sentada en el primer piso con un abrigo de piel negro a pesar de las altas temperaturas del verano en París, abierto y con nada debajo.
En Elie Saab, el vestido de noche, siempre largo y más o menos modesto, está adornado con diamantes, en cascadas o ríos. El vestido de novia definitivo, en color crudo con bordados muy elaborados y una cola de varios metros de largo, se perfila como imprescindible en una futura boda real.
El dúo de diseñadores Viktor y Rolf, reyes del espectáculo que pueden hacer que sus modelos acompañen a sus modelos en la pasarela con maniquíes masculinos sin cabeza o crear un vestido con efecto viento sobre sus cabezas, han deambulado con razón esta temporada.
La colección juega con gráficos y animaciones de vestuario, con una chaqueta de cuadros con hombros de un metro de ancho.
«Estábamos en un ambiente abstracto», explicó Viktor Horsting a la prensa después del desfile, con «materiales muy de alta costura, con mucha seda, lúrex y también mucho jacquard».
«Pensamos en términos de bloques, cubos, bolas, combinando todo eso con el cuerpo humano», añadió su compañero Rolf Snoeren.
Por la noche, el estudio de alta costura Jean Paul Gautier, que el diseñador francés abandonó en 2020 tras 50 años de carrera, presenta su colección con un diseñador rotativo.
Esta temporada, el favorito del momento es Nicolas Di Felice, el director artístico que ha revivido la casa Courrèges, convertida desde hace dos años en el ídolo de los jóvenes.