(París) Balenciaga, que se suponía había vuelto a conectar con la alta costura desde 2020, presentó el miércoles en París una colección muy streetwear, con plumíferos XXL, sombreros extravagantes y sudaderas góticas, bajo la égida de Demna Gvasalia, su disruptivo director artístico.

“Esta colección de alta costura es un homenaje a los códigos de vestimenta de la contracultura”, advierte el diseñador en su nota.

La colección, multigénero y multitemporada, es un auténtico revoltijo: plumífero XXL a modo de pelota protectora, ponchos con bandas horizontales en tonos verdes, rosas y grises, sudadera con estampado trashy, firma comercial de Demna.

El abrigo largo de piel, un archivo de Cristóbal Balenciaga que sobrevivió al cambio de estilo, sigue a un vestido con cinturones superpuestos, una construcción recurrente de la temporada.

Los toques fucsia, en vestidos o tintes de pelo, aportan un colorido casi manga a las siluetas desproporcionadas y muchas veces en negro.

La pieza final fue un vestido efímero, como una bola de tela arrugada, confeccionado con 47 metros de nailon negro, «que sólo existirá mientras dure el desfile», especifica en su nota de intenciones Balenciaga, históricamente afincado en París y de que Demna, de 43 años, asumió en 2015.

El georgiano es conocido por su estilo irónico y estrafalario, que ayudó a que la antigua casa de moda fundada por el modisto vasco volviera al centro de los videojuegos y las redes sociales.

Demna viste especialmente a Kanye West y su ex esposa, Kim Kardashian, Justin Bieber, Aya Nakamura y la exigente actriz francesa Isabelle Huppert.

Para esta semana de la alta costura otoño/invierno 2024-2025, fue su amiga, la cantante Katy Perry, quien vino a apoyarlo, sentada en el primer piso con un abrigo de piel negro a pesar de las altas temperaturas del verano en París, abierto y con nada debajo.

Balenciaga pertenece al grupo Kering, que también posee las marcas Gucci, Yves Saint Laurent, Bottega Veneta y Alexander McQueen.