El presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, recibió el domingo 19 de marzo a una delegación rusa encabezada por el Representante Especial para Medio Oriente del presidente ruso, Vladimir Putin, bajo una orden de arresto de la Corte Penal Internacional (CPI) por «crimen de guerra».

Mikhail Bogdanov, también viceministro de Relaciones Exteriores, estuvo acompañado en particular por el viceprimer ministro ruso, Denis Mantourov, dijo un comunicado de prensa de la oficina del presidente egipcio.

Las dos partes «reafirmaron su compromiso mutuo para fortalecer sus relaciones» particularmente en los campos económico e industrial, refiriéndose en particular a Dabaa, la primera central nuclear en Egipto que la rusa Rosatom construye desde hace varios meses. Dependientes de los cereales o las armas rusas, la mayoría de las capitales árabes hasta ahora no han tomado posición sobre el conflicto en Ucrania, ansiosas por salvar a Moscú sin alienar a Estados Unidos, que ha asumido la causa de Kiev.

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Egipto, el mayor importador mundial de trigo -un cereal procedente principalmente de Rusia y Ucrania- se muestra particularmente proclive a mantener sus relaciones con Moscú. El 9 de marzo, Abdel Fattah al-Sissi y Putin habían hablado así por teléfono para preparar una «comisión intergubernamental bilateral en El Cairo», según el Kremlin.

En El Cairo, a fines de enero, sin embargo, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, recordó que Egipto había votado en las Naciones Unidas «para condenar la invasión rusa y rechazar los intentos de Moscú de anexar ilegalmente partes de Ucrania». El Cairo.