Bis repetido. Seis meses después de que un gato se escapara de su jaula en la Gare Montparnasse y muriera en las vías tras la salida de un tren, la SNCF no quiere provocar un nuevo incidente. El jueves, un gato volvió a posarse en las vías de salida, Gare de Lyon, impidiendo que el TGV 6175 París-Niza saliera a tiempo, a las 10:10 horas. Inmovilizado durante casi una hora y media, este último penalizó a miles de pasajeros. Por lo tanto, los servicios de la SNCF tuvieron que cortar la electricidad en las vías para recoger al animal, que fue devuelto a su dueño. Para evitar accidentes fatales, la compañía insta a sus clientes a monitorear cuidadosamente a sus mascotas. De lo contrario, esto provoca “un retraso en cascada en los otros trenes, porque las medidas de seguridad para recoger al animal pueden llevar tiempo”, especifica la SNCF.

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Hay que decir que la compañía lleva unos meses tomándose las cosas en serio. Sobre todo porque acaba de ser condenada a principios de julio a una multa de 1000 euros por negligencia, en relación con el incidente mencionado anteriormente. “Es el procedimiento habitual: cuando sabemos que hay un animal en las vías, hacemos todo lo posible para sacarlo, a pesar de las consecuencias que pueda tener en el tráfico. En el caso de Montparnasse, no sabíamos que el animal estaba en las vías cuando se autorizó la circulación del tren”, indicó la SNCF a France Bleu.