(Nueva York) El fabricante estadounidense de SUV eléctricos Fisker se ha acogido a la ley de quiebras estadounidense, anunció en un comunicado de prensa, en un contexto de inflación y dificultades de producción.
Fisker «se ha acogido al Capítulo 11» (ley de quiebras, nota del editor) y está «en conversaciones avanzadas con los inversores» sobre, en particular, la venta de sus activos, anunció el fabricante en un comunicado de prensa, durante la noche del lunes al Martes.
«Al igual que otras empresas del sector de los vehículos eléctricos, nos hemos enfrentado a varios obstáculos, tanto en este mercado como macroeconómicos, que han afectado a nuestra capacidad de operar con eficacia», continúa la empresa.
“Después de evaluar todas las opciones para nuestro negocio, determinamos que proceder con la venta de nuestros activos bajo el Capítulo 11 era el camino más viable para el negocio”, escribió.
Fisker, en dificultades desde hace meses, ya había decidido interrumpir la fabricación del Ocean, su 4×4 eléctrico cuya producción se inició en 2022.
La empresa entró en bolsa en 2020, mediante una fusión con una filial de la sociedad de inversión Apollo, valorándola en ese momento en 2.900 millones de dólares. Para diferenciarse, Fisker destacó el uso de materiales ecológicos o reciclados para determinadas partes de su vehículo.
El año pasado, Fisker obtuvo alrededor de 273 millones de dólares en ingresos y produjo 10.193 SUV Ocean, según su sitio web.
Su director general, Henrik Fisker, habló durante la presentación de los resultados anuales a finales de febrero de un año 2023 difícil, incluidos retrasos en el suministro de determinadas piezas, pero también problemas laborales y las consecuencias de la inflación sobre la demanda.
La compañía estaba entonces en conversaciones con otra compañía automotriz que podría rescatarla, pero las negociaciones fracasaron en marzo.
El sector de los vehículos eléctricos se enfrenta a una fuerte competencia por parte de los fabricantes chinos. En este contexto, Tesla, el principal fabricante de Estados Unidos, anunció a mediados de abril alrededor de 14.000 despidos.