«Nous espérons que les deux parties (du détroit de Taïwan) reprendront des échanges sains et durables dès que possible», a déclaré la présidente de Taïwan Tsai Ing-wen dans son discours du Nouvel An, le dernier avant la fin de son mandat en mayo. “También esperamos que las dos partes busquen conjuntamente un camino estable y de largo plazo para la convivencia pacífica (…)”, añadió.

Las elecciones presidenciales y legislativas que tendrán lugar el 13 de enero en Taiwán serán objeto de especial atención por parte de China y Estados Unidos debido a su importancia para el futuro de las relaciones entre la isla autónoma y Pekín. China, que lo considera parte integral de su territorio, ha prometido algún día traerlo de vuelta a su redil, usando la fuerza si es necesario. Beijing ha cortado las comunicaciones de alto nivel con el gobierno de Tsai Ing-wen desde su elección en 2016 y ha aumentado su presión militar, diplomática y económica sobre el territorio.

Tsai Ing-wen, que se niega a reconocer las reivindicaciones territoriales de China, afirmó en su discurso la necesidad de que Taiwán defienda la democracia. “Ante el regreso del conflicto entre democracia, libertad y autoritarismo en el mundo, la única opción para Taiwán en el futuro es continuar defendiendo la democracia y protegiendo la paz”, afirmó el líder. El domingo, el presidente chino Xi Jinping dijo que China «seguramente será reunificada» y que «todos los chinos en ambos lados del Estrecho de Taiwán deben estar unidos por un objetivo común y compartir la gloria del rejuvenecimiento de la nación china».

Llamada a reaccionar ante estos comentarios, Tsai Ing-wen dijo a los periodistas después de su discurso: “Las decisiones deben tomarse según la voluntad común del pueblo taiwanés. Después de todo, somos un país democrático”. «El tipo de relación que establezcamos con China en el futuro debe estar determinado por nuestros procedimientos democráticos con miras a llegar a una decisión final».