Dos días después de quedar inconsciente por una botella de agua que cayó de la bolsa de un espectador mientras firmaba autógrafos tras su victoria ante el francés Corentin Moutet (6-3, 6-1), el número 1 del mundo recibió otro golpe en la cabeza en Roma. El número 1 del mundo fue arrasado por el chileno Alejandro Tabilo, por 6-2, 6-3, en tercera ronda en Roma. Una nueva desilusión para el hombre con 24 títulos de Grand Slam.
Sin ganas, extinguido, el serbio perdió su servicio al inicio de cada set, enfrentándose a un rival en su nube desde el primero hasta el último punto. El número 1 del mundo prefirió, como la temporada pasada, saltarse el Masters 1.000 de Madrid. Había quedado en Roma (del 6 al 15 de mayo) para su último torneo de preparación para Roland-Garros. El año pasado, su elección de no jugar en España dio sus frutos, ya que tras perder en cuartos de final en Roma se ofreció un tercer Roland-Garros. No afrontará la defensa de su título parisino este año en las mejores condiciones. Leve eufemismo.
Sin embargo, lo dijo en rueda de prensa, antes de entrar en liza. “Estoy en el camino correcto para estar en plena forma en Roland-Garros”, aseguró. “Estoy contento de cómo han transcurrido los últimos 14 días de cara a Roland-Garros, Wimbledon y los Juegos Olímpicos, un bloque importante para mí. (…) Pero no es lo mismo entrenar con sparrings que jugar contra los mejores jugadores del mundo. Hay que recuperar el ritmo y la intensidad de la competición”, subrayó.
Y todavía no ha encontrado el ritmo. Djokovic, es cada vez más vago. El serbio, seis veces ganador de la prueba, no abandonaba el Foro Itálico tan prematuramente desde 2018 (eliminación en 2ª ronda). El campeón de 36 años, ahora sin entrenador desde su separación de Goran Ivanisevic a finales de marzo, avanza con menos confianza de lo habitual, por debajo de sus estándares habituales. Arrasado en la semifinal del Abierto de Australia por Jannik Sinner, el hombre con 24 títulos de Grand Slam cayó en su segundo partido en Indian Wells contra Luca Nardi, entonces 123º del mundo. Suficiente para confundir aún más su nivel actual.
Falto de ritmo y confianza, “Nole” ya había aparecido en dificultades físicas en el Principado durante su semifinal perdida en Montecarlo contra Ruud. En Roma, fue barrido por un jugador, ciertamente lleno de confianza. A dos semanas de Roland-Garros (del 26 de mayo al 9 de junio), Djokovic, de 36 años, no vuelve a estar en duda, muy, muy lejos de sus estándares habituales. Hay que remontarse a mayo de 2017 para encontrar huellas de una corrección comparable en el Masters 1000, cuando “Djoko” fue superado por un tal Rafael Nadal por 6-2, 6-4 en las semifinales de Madrid.