Trece inmigrantes sudaneses murieron y veintisiete están desaparecidos después de que su barco de hierro se hundiera el jueves en la costa tunecina, cerca de Sfax, afirmó a la AFP Farid Ben Jha, portavoz del tribunal de Monastir. Un total de 42 sudaneses se encontraban en una embarcación improvisada que partió de la costa de Jebiniana, cerca de Sfax (centro-este), según el relato facilitado a las autoridades por los dos únicos supervivientes del naufragio.
Se están realizando operaciones para intentar encontrar a otros náufragos, aseguró Farid Ben Jha. Todas las víctimas, hombres y ciudadanos sudaneses, tenían tarjetas de solicitante de asilo emitidas por el Alto Comisionado para los Refugiados en Túnez. Estos refugiados habían subido a bordo de una embarcación metálica muy frágil, hecha de trozos de chatarra soldados rápidamente entre sí, según las primeras informaciones recogidas.
Se ha abierto una investigación para determinar responsabilidades, añadió Farid Ben Jha, sin excluir la probabilidad de que estos inmigrantes hayan sido «explotados en un caso de trata de seres humanos o en la formación de un grupo criminal para llegar a Europa clandestinamente». Túnez es, junto con Libia, el principal punto de partida de miles de inmigrantes que buscan llegar ilegalmente a Europa. Las primeras costas italianas, incluida la isla de Lampedusa, se encuentran a menos de 150 km de la región de Sfax.
Durante los once primeros meses de 2023, el número de candidatos a la emigración ilegal interceptados por las autoridades tunecinas ascendió a 69.963 personas, más del doble de las interceptaciones respecto al mismo período del año anterior, según las estadísticas enviadas a la AFP por el portavoz de la Guardia Nacional.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 2.270 personas murieron en 2023 en el Mediterráneo central mientras intentaban llegar a Europa clandestinamente, o un 60% más que el año anterior.