Le Figaro Niza
Casi tres años después del paso de la devastadora tormenta Alex en los Alpes Marítimos, la tormenta más pequeña Aline reabrió dolorosas heridas el viernes 20 de octubre en los valles del interior de Niza. Las fuertes lluvias azotaron el territorio durante varias horas, alcanzando hasta 200 milímetros en Vésubie, 175 en Roya y 130 en Tinée. Sin embargo, una movilización sin precedentes del Estado, las comunidades, las empresas y la población permitió evitar lo peor: ni muertos ni heridos, ni siquiera un desaparecido. Sin embargo, a nivel material los resultados son mucho menos positivos. Deslizamientos de tierra, corrimientos de tierra, carreteras parcialmente destruidas, pueblos aislados del mundo, vados sumergidos… Los daños ya se estiman en decenas de millones de euros.
El prefecto Hugues Moutouh firmó el miércoles dos decretos para reconocer la urgencia de realizar obras de reconstrucción duraderas en los valles, en particular en el de Vésubie. Unos días antes, viajando a Saint-Martin-Vésubie para observar los daños y demostrar el apoyo y la solidaridad del Estado, el ministro de Transición Ecológica, Christophe Béchu, anunció la creación, a finales de noviembre, de un “Consejo de Reconstrucción”. En ambos casos, no hubo discusión sobre cifras en esta etapa. La Metrópolis de Niza, presidida por el alcalde de la capital de la Riviera, Christian Estrosi, tampoco se ha pronunciado por el momento sobre su compromiso financiero para futuros proyectos.
Sólo el consejo departamental de Alpes Marítimos, durante una rueda de prensa el jueves sobre la situación post-Aline, en presencia de los alcaldes afectados, anunció un plan de emergencia de 15 millones de euros. Una suma dividida en cuatro y repartida por valor de 500.000 euros para ayudar a las familias afectadas; 500.000 euros para las empresas de la zona que tengan déficit neto; 6 millones de euros para municipios y autoridades locales; y 8 millones de euros para el Sindicato Mixto de Inundaciones, Desarrollo y Gestión del Agua de Maralpin (SMIAGE), que gestiona, en particular, la reconstrucción de las orillas del Vésubie.
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Después de haber invertido 315 millones de euros en las obras posteriores a la tormenta Alex, la comunidad quiere estar a la altura de las circunstancias «para una reconstrucción resiliente», subraya su presidente, Charles Ange Ginésy. Una fórmula breve pero tajante, dirigida indirectamente a la metrópoli de Niza, señalada periódicamente por su gestión de las obras en los valles desde hace muchos meses. Y el diputado de la 1.ª circunscripción de Maralpine y presidente del comité de finanzas del departamento, Éric Ciotti, insiste en este sentido: “En Vésubie, casi todas las obras temporales han sido destruidas […] La comunidad departamental, receptiva, responsable y serio, está a la altura de su misión y ha cumplido perfectamente sus tareas al servicio de nuestra población!” Si la gestión del desastre medioambiental se rige sobre el papel por la unidad y la unión de fuerzas y medios, en realidad la confrontación política nunca está lejos. El propio Éric Ciotti lo reconoció el lunes en Saint-Martin-Vésubie: sus relaciones con Christian Estrosi son “como el clima que puede ser tempestuoso”.