(Florencia) Primeros reconocimientos, ruedas de prensa y presentación de los equipos: dos días antes de la salida, los corredores del Tour de Francia llegan al meollo de la cuestión el jueves en Florencia, cuna del Renacimiento y convertida en capital provisional del ciclismo.
Bajo un cielo nublado, Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard, que compartieron las últimas cuatro ediciones, abandonaron a media mañana su hotel, bajo la mirada de numerosos fotógrafos, para explorar parte del recorrido de la primera etapa del sábado entre la ciudad toscana y Rímini.
Por la tarde se desplazarán al centro de Florencia para una rueda de prensa en el Palazzo Vecchio, un palacio-fortaleza de absoluto esplendor, junto a las otras grandes estrellas, Remco Evenepoel, Primoz Roglic, Wout Van Aert o el campeón del mundo Mathieu van der Poel.
Luego desfilarán hasta el igualmente sublime Piazzale Michelangelo, que domina la ciudad al otro lado del río Arno, para la presentación del equipo a partir de las 18:30 horas.
Esta 111ª edición marca la primera salida de Italia en la historia del Tour de Francia, cien años después de la primera victoria italiana de Ottavio Bottecchia en 1924. Terminará, después de tres semanas de lucha y sufrimiento, el 21 de julio en Niza, y no en París como siempre, con motivo de los Juegos Olímpicos.
Tadej Pogacar, ganador en 2020 y 2021, es el gran favorito, tanto por el brillante estado de forma que está mostrando este año como por los problemas encontrados por sus principales rivales.
“Mi forma es incluso mejor de lo esperado. Nunca me había sentido tan bien sobre una bicicleta”, advirtió el miércoles el líder del poderoso equipo de Emiratos Árabes Unidos.
Destronado en los últimos dos años por Jonas Vingegaard, “Pogi” aspira a convertirse en el primer corredor desde Marco Pantani en 1998 en completar el doblete Giro-Tour ese mismo año.
Cumplió la primera parte de su contrato aplastando a la competencia en la Vuelta a Italia, ganada con casi diez minutos de antelación.
“Espero que Tadej sea casi inalcanzable. Lo que demostró en el Giro fue impresionante sin siquiera tener que profundizar en sus reservas. Será el hombre a batir”, afirmó Remco Evenepoel el miércoles.
El belga, que debutará en el Tour, será uno de los principales atractivos con la ambición de subir al podio.
Queda por comprobar si se ha recuperado del todo de la terrible caída de principios de abril en la Vuelta al País Vasco que le provocó fracturas en la clavícula y el omóplato y le arrebató a otros dos grandes favoritos, Vingegaard y Roglic.
De los tres, fue el danés, dos veces ganador saliente, el que sufrió más daños. Hospitalizado durante 12 días por fracturas de clavícula, costillas y neumotórax, Vingegaard no volvió a montar en bicicleta hasta el 7 de mayo y no ha vuelto a competir desde entonces.
Y acaba de perder a su preciado lugarteniente en la montaña, el estadounidense Sepp Kuss, insuficientemente recuperado del COVID-19, que ha afectado a varios corredores en los últimos días.
Después de haber dominado la prueba durante los dos últimos años, su equipo Visma-Lease a bike, perseguido por una increíble sucesión de fallos desde el inicio de la temporada, promete ser menos fuerte esta vez que la armada de los Emiratos Árabes Unidos y quizás incluso el Red Bull de Roglic. -Bora Hansgrohe.
El esloveno, también implicado en el accidente del País Vasco pero que escapó ileso, contará con el apoyo del australiano Jai Hindley y del ruso Aleksandr Vlasov.
“Usar el maillot amarillo es el objetivo”, declaró el ganador del Dauphiné el miércoles en Salzburgo durante la presentación de Red Bull como nuevo patrocinador del equipo.