(Nueva York) El ex presidente hondureño Juan Orlando Hernández fue sentenciado el miércoles en Nueva York a 45 años de prisión por tráfico internacional de drogas.

Acusado de haber ayudado a enviar cientos de toneladas de cocaína a Estados Unidos, el hombre que fue jefe de Estado de 2014 a 2022 fue declarado culpable en marzo de conspiración criminal para tráfico de drogas y posesión de armas.  

También se ordenó al Sr. Hernández pagar una multa de ocho millones de dólares.

“Juan Orlando Hernández abusó de su posición como presidente de Honduras para convertir al país en un narcoestado donde los narcotraficantes violentos podían operar casi con impunidad, y los pueblos de Honduras y Estados Unidos se vieron obligados a sufrir las consecuencias”. dijo en marzo el ministro de Justicia estadounidense, Merrick Garland.

A cambio, supuestamente recibió millones de dólares de los cárteles, incluido el de Sinaloa, liderado por el famoso narcotraficante mexicano Joaquín “Chapo” Guzmán, condenado desde entonces en Estados Unidos.

A cambio de estos sobornos, Juan Orlando Hernández “protegió a los narcotraficantes de las investigaciones, [evitando su] arresto y extradición”, aseguran las autoridades estadounidenses.

Juan Orlando Hernández fue extraditado en abril de 2022 a Estados Unidos.

La caída fue brutal para “JOH”, como lo llaman en su país. Apenas había cedido el poder a la nueva presidenta de izquierda Xiomara Castro cuando el ex jefe de Estado se encontró encadenado de muñecas y tobillos durante su arresto, frente a las cámaras.

Juan Orlando Hernández, que se presentó como el campeón de la lucha contra el narcotráfico, fue visto inicialmente por Estados Unidos como un aliado en esta lucha. En 2017, Washington fue una de las primeras capitales en reconocer su reelección, mientras la oposición denunciaba fraude en un contexto de manifestaciones que dejaron una treintena de muertos.

Con su condena, Juan Orlando Hernández se suma a otros exlíderes latinoamericanos juzgados y condenados en Estados Unidos, como el panameño Manuel Noriega en 1992 por narcotráfico y el guatemalteco Alfonso Portillo en 2014 por lavado de dinero.