En lo que respecta a la esperanza de vida, Alemania está por detrás del promedio de Europa occidental. Desde el año 2000, la brecha ha aumentado un año entero. ¿Pero por qué es eso?
Alemania es uno de los países de Europa occidental con peores resultados en lo que respecta a la esperanza de vida y sigue perdiendo terreno. Así lo demuestra un estudio actual del Instituto Federal de Investigaciones sobre Población (BiB) y el Instituto Max Planck de Investigaciones Demográficas, que examinó las tendencias de la mortalidad a lo largo de varias décadas.
En 2000, Alemania estaba aproximadamente 0,7 años por detrás de la esperanza de vida media al nacer en Europa occidental. Para 2022, la brecha habrá aumentado a 1,7 años. «El comienzo de la década de 2000 marcó un punto de inflexión en la dinámica de la evolución de la mortalidad en Alemania», resume los resultados el primer autor del BiB, Pavel Grigoriev. Desde entonces, la brecha de mortalidad entre Alemania y otros países de Europa occidental ha aumentado de manera relativamente constante.
Como muestra el estudio, después de la reunificación, Alemania Oriental pudo inicialmente reducir significativamente la brecha en comparación con Alemania Occidental y Europa Occidental. A ello también contribuyeron las inversiones financieras en el sector de la salud. «Sin embargo, desde el cambio de milenio, tanto Alemania Occidental como Oriental han perdido terreno en comparación con otros países de Europa occidental», afirma un comunicado del Instituto Federal de Wiesbaden.
Según los investigadores, los distintos grupos de edad contribuyen de diferentes maneras a la creciente brecha en la esperanza de vida en Alemania. Entre las mujeres alemanas, sobre todo las personas de 75 años o más tienen una tasa de mortalidad más alta que sus pares en otros países de Europa occidental. En el caso de los hombres, por el contrario, el grupo de edad comprendido entre 55 y 74 años contribuye especialmente a la brecha. «En cuanto a las causas de muerte, el déficit se explica, en particular, por una mayor mortalidad por enfermedades cardiovasculares», escribe el equipo en el «Bundesgesundheitsblatt».
Para el director de investigación de BiB, Sebastian Klüsener, es necesario actuar, especialmente en la prevención y detección temprana de enfermedades cardiovasculares. Lo mismo se aplica a los ámbitos de la prevención del tabaco y el alcohol y de una alimentación saludable. «Aquí todavía hay mucho potencial para prepararnos mejor para el actual proceso de envejecimiento de la sociedad», afirma Klüsener.
El estudio comparó datos de un total de 15 países de Europa occidental, incluidos Suiza, Austria, Dinamarca, Gran Bretaña y Finlandia.
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