Un daño más. Y demasiado. La compañía Corum L’Epagne, que lanzó su proyecto de navegación a bombo y platillo en un cabaret parisino en 2020, ha decidido retirarse unos meses antes de la próxima Vendée Globe. La gota que colmó el vaso, es justo decirlo, fue un nuevo problema, el desarbolamiento del monocasco Imoca, hace apenas cuatro días durante el Azimut Challenge. Una gran decepción para su patrón, Nicolas Troussel, y una gran sorpresa ya que durante seis meses se habían realizado importantes trabajos para intentar hacer finalmente competitivo y fiable este barco no muy bien nacido, que ha tenido una serie de luchas desde su lanzamiento. lanzamiento en el agua (desmantelamiento durante su primera Vendée Globe en 2020, problema en el fondo del casco y en la quilla y, sobre todo, falta de rendimiento).
El doble ganador de la Solitaire du Figaro, que debía tomar la salida de la Transat Jacques Vabre a dos el 29 de octubre en Le Havre, no ocultó su decepción: “Es un momento duro y lleno de emoción (…) Detener el proyecto así tiene sentido para ellos, pero no para mí. Pero respeto su decisión”, confió a nuestros compañeros de L’Equipe, afirmando que todavía desea competir en la Vendée Globe de 2024. Para ello, necesitaría poder comprar su barco y encontrar rápidamente un patrocinador. La misión es complicada pero no del todo imposible para un marinero talentoso como él…