El presidente de la Comisión Europea, el jefe del Gobierno italiano y el primer ministro holandés llegaron este domingo de visita a Túnez, un país clave para contener la inmigración ilegal cuya situación económica preocupa a Europa. Ursula von der Leyen, Giorgia Meloni y Mark Rutte fueron recibidos por la primera ministra tunecina, Najla Bouden, antes de reunirse con el presidente Kais Saied. No se proporciona acceso directo a los medios de comunicación. Sin embargo, las declaraciones de los tres líderes desde el Palacio Presidencial están programadas alrededor de las 10:30 GMT.
Antes de su llegada, Bruselas explicó que la visita tenía como objetivo discutir “un acuerdo de cooperación en los campos de la economía, la energía y la migración”. Túnez preocupa a Europa, en particular a Italia, por sus dificultades económicas y el riesgo de que se acelere la salida de inmigrantes de sus costas.
El sábado por la noche, durante una visita sorpresa a Sfax, la segunda ciudad tunecina de la que han salido la mayoría de los candidatos a la emigración ilegal desde principios de 2023, Kaïs Saïed dijo que se negaba a que su país «sea el guardián de las fronteras» de la ‘ Europa. Los países de la Unión Europea (UE) concluyeron el jueves a la arrebatada un acuerdo sobre el derecho de asilo que prevé en particular el retorno de los solicitantes rechazados a su país de origen o a un país de tránsito considerado «seguro».
El Foro Tunecino de Derechos Económicos y Sociales, que sigue temas migratorios, denunció en un comunicado de prensa la visita europea como un «chantaje» y «un regateo» para «dar dinero» a Túnez a cambio de una vigilancia reforzada de sus fronteras. El país norteafricano fuertemente endeudado (80% del PIB) está en difíciles negociaciones con el FMI para un nuevo préstamo de casi dos mil millones de dólares.
Las discusiones se tambalean por la negativa del presidente Kais Saied a reformas como la reestructuración del centenar de empresas públicas sobreendeudadas y el levantamiento de los subsidios estatales a productos básicos como los combustibles. Partes de Túnez están a menos de 150 km de la isla italiana de Lampedusa y se registran regularmente intentos de migración clandestina por parte de ciudadanos del África subsahariana y muchos tunecinos. El país magrebí vive una grave crisis socioeconómica y la oposición denuncia un retroceso de derechos y libertades desde que Kaïs Saïed asumió plenos poderes en julio de 2021.