La diplomacia estadounidense acusó a Ruanda de estar detrás de un bombardeo contra un campo de desplazados en el este de la República Democrática del Congo que dejó al menos nueve muertos el viernes 3 de mayo. «Estados Unidos condena enérgicamente el ataque de hoy contra las fuerzas armadas ruandesas y las posiciones del M23 en el campo de desplazados internos de Mugunga», afirmó el viernes en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado, el estadounidense Matthew Miller. «Este ataque causó la muerte de al menos 9 personas e hirió al menos a otras 33, entre ellas muchas mujeres y niños», continúa.
Añadió que Estados Unidos está «profundamente preocupado por el reciente avance» de las fuerzas armadas de Ruanda y del movimiento M23 en el este de la República Democrática del Congo, «que ha contribuido al desplazamiento de más de 2,5 millones de personas».
Estados Unidos ha afirmado durante mucho tiempo, al igual que Kinshasa, que la rebelión del M23 cuenta con el apoyo de Ruanda. Pero la acusación de Washington de participación directa de Kigali es inusual. «Es esencial que todos los Estados respeten la soberanía y la integridad territorial de los demás», añade el comunicado.
Ruanda reaccionó el sábado a esta acusación calificándola de «ridícula» y «absurda». “¿Cómo se llega a esta conclusión absurda? Las FDR (fuerzas armadas ruandesas), un ejército profesional, nunca atacarían un campo de desplazados, afirmó la portavoz del gobierno ruandés, Yolande Makolo, en la red social X, calificando la acusación de «ridícula».