Pour la première fois en près d’un siècle, le Metropolitan Opera de New York offre à partir de jeudi une œuvre en espagnol, l’institution voulant diversifier son public dans une ville où un tiers de la population est d’origine hispanique et latino -Americana.

Florencia en el Amazonas es el relato operístico de una diva sudamericana en busca del hombre que ama, un cazador de mariposas que desaparece en la selva amazónica. El personaje de Florencia Grimaldi -interpretada por la soprano Aylín Pérez, hija de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos- se embarca a principios del siglo XX en un barco de vapor que zarpa rumbo a Manaos, ciudad brasileña que acoge una mítica ópera en corazón del Amazonas. “Es maravilloso presentar una obra nueva que el público no conoce”, se alegra Mary Zimmerman, directora de esta ópera creada y representada por primera vez en 1996 en Houston, Texas, la cuarta megaciudad de Estados Unidos donde se habla español. rey.

En una entrevista con la AFP al margen del ensayo general de Florencia, Mary Zimmerman reconoce que los amantes de la ópera prefieren los clásicos y las «tradiciones». Pero incluso si “a la gente le gusta volver a ver a sus viejos amigos (…) deben poder hacer otros nuevos”, bromea el artista estadounidense. Florencia en el Amazonas fue compuesta por el mexicano Daniel Catán para la Gran Ópera de Houston, con libreto de su compatriota Marcela Fuentes-Berain, discípula del gigante literario colombiano Gabriel García Márquez (1927-2014). Aunque contemporánea, la obra es de estilo clásico y está inspirada en la obra maestra El amor en los tiempos del cólera, ganadora del Premio Nobel de Literatura y representante del movimiento artístico del “realismo mágico”, según Mary Zimmerman.

«Es melódico, suena como Puccini», dice. La historia también narra el clásico dilema entre el amor y el éxito profesional, con tres tipos de mujeres que se encuentran en el barco de vapor El Dorado mientras navega entre una exuberante flora y fauna. En el escenario, los artistas hispanos y latinoamericanos están bien representados, lo que refleja un tercio de los 8,5 millones de habitantes de la megalópolis neoyorquina. Además de la estrella soprano Aylín Pérez, Gabriella Reyes, hija de inmigrantes nicaragüenses, interpreta a la rival de Florencia, Rosalba.

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La mezzosoprano española Nancy Fabiola Herrera y el tenor guatemalteco Mario Chang tocan y cantan, mientras que los decorados y el escenario se lo debemos a Riccardo Hernández, nacido en Cuba y criado en Buenos Aires. “Todos sienten el calor de América Latina”, dice Gabriella Reyes, quien tiene la sensación de “hacer realidad su sueño” al interpretar a Rosalba por segunda vez. “Cantar en español con latinoamericanos viene de mi alma y es muy diferente a cuando canto en italiano”, confiesa el artista.

Florencia en el Amazonas es la tercera ópera en español producida por el Met Opera en un siglo. En 1926 se representó La vida breve de Manuel de Falla, diez años después de que la Ópera de Nueva York hubiera producido Goyescas del compositor español Enrique Granados, en 1916. La elección de incluir en cartel la obra de Danel Catán se enmarca en un contexto de abrir la Met Opera a un público más joven y diverso.

En septiembre se representó la ópera Dead Man Walking, tras el best-seller del mismo nombre y la película ganadora del Oscar. Este alegato moral y emocional contra la pena de muerte está extraído de la vida de la monja abolicionista católica Helen Prejean y su relación espiritual con un hombre ejecutado en los Estados Unidos en 1984. Y en noviembre, X: The Life and Times of Malcolm X, the La vida del ícono negro del movimiento de derechos civiles asesinado en 1965 es revisitada por la Met Opera en un estilo afrofuturista.

Para su director Peter Gelb, estas óperas contemporáneas “tienen el lugar que les corresponde junto a las obras maestras de siglos pasados”, porque “tienen cosas profundas y urgentes que decirnos sobre el mundo en el que vivimos”.