Las lecturas de clásicos de la literatura o del teatro a cargo de actrices famosas se exponen cada vez con más regularidad en los teatros parisinos. Le Cabaret Bio Dégradable se inspira en este principio, pero con textos muy diferentes a los que el público está acostumbrado a descubrir. Una decena de actrices y actores, entre ellos Virginie Pradal, se turnarán cada jueves en el plató del Teatro Tristan Bernard para leer, delante de un micrófono, sin cambiar una sola coma, extractos de las que se anuncian como las “peores” autobiografías de Personalidades de ayer y de hoy. La lista va desde Massimo Gargia hasta Nabilla Benattia, pasando por Plastic Bertrand, Élodie Gossuin, Michel Polnareff, Sheila, Julio Iglesias y algunos otros.

Didier Morissonneau, productor quebequense, está en el origen de esta primicia en Francia. Tuvo la idea al día siguiente del año 2000, tras sumergirse en los recuerdos de una estrella de su país. El descubrimiento de cada capítulo le parecía una excusa para reírse. “La vanidad, la pretensión, la inverosimilitud de ciertas confidencias o su falta de interés, eran tales que la lectura de segundo grado se convirtió en un auténtico placer”, afirma. Así, después de haber invertido una importante suma en la compra de varios cientos de obras del mismo estilo, pasó semanas seleccionando las páginas que le parecían más divertidas o más ridículas, a veces ambas cosas. Terminó construyendo un espectáculo que recordaba, de forma paródica, los cabarets literarios de antaño, con un aire de Club de Poetas.

El entusiasmo y las risas provocadas por una sucesión de comentarios que, en un principio, no pretendían ser divertidos, fueron tales que quince años después de su creación, las actuaciones continuaron con el mismo éxito, en Montreal y de gira. A uno de ellos asistió Pascal Guillaume, director del Teatro Tristan Bernard, y dio luz verde a una adaptación que seguía el mismo principio, pero basada en material exclusivamente francés. Morissonneau seleccionó así comentarios a veces esotéricos, como los relatados por un médium que afirma haber mantenido largas conversaciones con Claude François del más allá. Incluye también un largo capítulo en el que Alain Barrière afirma haber sido víctima de un complot liderado por el Elíseo y un análisis de Élodie Gossuin sobre el impacto de la Guerra del Golfo en su vida cotidiana.

En este conjunto aparecen frases breves, como la que pronunció un día Massimo Gargia: “Me encantaría ver a Leonardo Di Caprio interpretar mi papel, si el proyecto cinematográfico sobre mi vida llega a buen puerto”. También transformó ciertos pasajes en breves escenas de diálogo con la aparición, por un momento, de Bernard Hinault en el prefacio, o de un juez de instrucción frente a Nabilla.

“La regla de oro es el rigor y la seriedad absoluta en la lectura de estas obras maestras de autenticidad e hilaridad, repletas de detalles jugosos y de anécdotas esenciales”, sonríe Morissonneau, que concluye presentando este conjunto como “una experiencia literaria en los límites de la intimidad”. Finalmente, planea poner su documentación a disposición del público. Para, si es necesario, demostrar a quienes dudan de la autenticidad de este material. Y esa realidad a veces puede superar la aflicción. El cabaret Orgánico Degradable. Teatro Tristan Bernard, jueves a las 21 h. Desde el 26 de octubre