Fue con un vuelo de mariposas, las dibujadas en 1925 por Émile-Allain Séguy, prolífico pintor y decorador de Art Nouveau y Art Deco, que Gallica celebró el hito: el de los diez millones de documentos digitalizados y accesibles gratis en línea.

Como en la lotería, su obra Mariposas se llevó el premio gordo, habiéndose incorporado a la cola de documentos a digitalizar (600 pases cada día) para acabar siendo la diezmillonésima. El álbum encarna una imagen alegre y seductora, la que la BnF pretende presentar cuando se trata de hablar de recursos en línea.

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Cuando esta institución lanzó el proyecto, hace veinticinco años, todavía hablábamos de “la biblioteca del hombre honesto”, la idea de ofrecer a todos el acceso a fuentes académicas imprescindibles. Me venían a la mente los clásicos de la literatura en blanco y negro, viejas gacetas poco folios, o incluso unos cuantos grimorios en latín destinados a una comunidad restringida de investigadores. Siguen ahí, pero también llegan cada día muchas imágenes “que son el desafío del mañana”, afirma Sophie Bertrand, directora de Gallica en la BnF.

“Gallica es más conocido por los investigadores pero, a lo largo de los años, su uso se ha extendido a aficionados curiosos, desde jóvenes estilistas hasta aprendices de cocina, por ejemplo. Muchas veces reducimos el patrimonio digital a libros, pero se alimenta de todas las tecnologías”, continúa. A finales de año, los videojuegos aparecerán en Gallica. Incluso podemos jugarlo, lo prometemos.

Por lo tanto, encontramos (casi) todo en esta primera biblioteca en línea de habla francesa que no tiene miedo de llevar al lobo al viejo redil del conocimiento. En 2024 se utilizará por primera vez la inteligencia artificial, alimentada con cientos de imágenes y tantas formas que permitirán a los usuarios encontrar un elefante, un sol o una mariposa, por ejemplo, en las colecciones.

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Hoy en día, esta investigación solo es accesible mediante menciones escritas, lo que necesariamente limita el número de hallazgos. Para aumentarlos, la BnF se ha asociado con la Biblioteca Universitaria de Estrasburgo y el Instituto Nacional de Historia del Arte, que también alimentarán la ogresa que es AI. La imagen de los “desafíos del mañana” servirá como una poderosa palanca para promover la visibilidad de estas colecciones monumentales. El hecho es que, en lo que respecta al fondo BnF, todavía queda mucho trabajo por hacer: otros 30 millones de documentos para integrar en Gallica.