Comer en la calle, lucir tatuajes, hablar en voz alta en el metro… Lo que parece banal a los occidentales puede sorprender o incluso desconcertar a los japoneses. Apegado al teinei, noción que engloba la bondad, la gentileza o la discreción, los habitantes de Japón a veces pueden tener dificultades para acoger a los extranjeros debido a las diferencias culturales.
“No es probable que se enojen o los reprendan, incluso si se sienten ofendidos. La mejor manera de evitar cometer un error es imitar a los japoneses que nos rodean. Basta observarlos para comprenderlos mejor”, explica Thierry Maincent, presidente de la agencia de viajes Japan Experience (antes Vivre le Japon). El país se prepara para relajar sus condiciones de entrada y dar la bienvenida nuevamente a los turistas internacionales.
Lea también: Japón reabre a los turistas: todo lo que necesitas saber
Para saludar, agradecer o despedirse, basta con inclinarse ligeramente ante su interlocutor. Se debe evitar todo contacto físico: olvídate del beso o del apretón de manos. Está prohibido fumar en la calle, excepto en los lugares habilitados para ello. Desde el 1 de julio de 2019, fumar en espacios públicos en Tokio se castiga con una multa de 300.000 yenes o 2.100 euros. Sin embargo, algunos restaurantes cuentan con zonas para fumadores y no fumadores. En el paso de peatones, los japoneses respetan escrupulosamente el semáforo en rojo, incluso si no hay ningún coche a la vista.
Comer en la calle está mal visto. Olvídese del sándwich o del cucurucho de helado que se come al paso en medio de la multitud. Hay pocos cubos de basura en las calles de Japón: lleva contigo una bolsa para tirar tus residuos y la tirarás por la noche cuando regreses a tu alojamiento. Cuando se trata de ropa, los japoneses son extremadamente pulcros y elegantes, incluso fuera del ámbito profesional, pero siguen abiertos a la extravagancia. Es posible que los conjuntos demasiado informales o descuidados no pasen desapercibidos.
Lea también: Dos días en Tokio, una estimulante escapada a la capital japonesa
Una de las cosas que más sorprende a los viajeros cuando llegan a Japón es el silencio. Debemos respetarlo. En el metro, aunque casi todo el mundo utiliza su smartphone, pocas personas hacen llamadas en voz alta. Se requiere modo de vibración. Antes de subir, deja salir a los pasajeros y ubícate en las colas que se forman frente a las puertas del metro.
Lea tambiénJapón: a bordo del Shiki-shima, el tren de las cuatro estaciones
Las aguas termales (onsen) y los baños calientes (sento) constituyen un momento de relajación, casi meditación, para los japoneses. Por tanto, es aconsejable guardar silencio. También debes evitar ir allí si tienes tatuajes claramente visibles. Los tatuajes hacen referencia a la mafia, la yakuza, y por tanto tienen mala imagen. Algunos de estos lugares (pero también gimnasios, spas, etc.) tienen prohibido el acceso a personas con tatuajes, aunque avanzamos hacia una mayor flexibilidad para los turistas. Algunos establecimientos pueden ofrecer llevar una especie de yeso sobre los tatuajes.
Lea también Tokio: 50 buenos lugares para descubrir la capital de Japón
Los japoneses no tienen la costumbre de invitar a personas a sus casas, incluidos familiares, en particular debido al pequeño tamaño de las casas. Cuando se reúnen con amigos o familiares, generalmente es en un restaurante. Basta decir que los extranjeros son raros en los edificios de apartamentos. Las cosas han cambiado en los últimos años con el auge del alquiler privado. Pero esta moda es menos popular en Japón debido a diferencias culturales. Las medidas restrictivas vigentes desde 2018 también dificultan el uso de plataformas como Airbnb.
Hoy en día, son principalmente extranjeros o japoneses que regresan de una larga expatriación los que alquilan a los visitantes extranjeros. Esto no quiere decir que no tengan sentido de la hospitalidad, sino todo lo contrario. De todos modos, si un japonés te invita, es imperativo que te quites los zapatos antes de entrar a su casa. Más allá de las cuestiones de higiene, se trata de respetar la distinción que hacen los japoneses entre el exterior y el interior.
Lea tambiénJapón: de Kanazawa a Kioto, nueve nuevos lugares donde establecerse
Un restaurador puede negarle el acceso a su establecimiento, por ejemplo cruzándose de brazos. No hace falta insistir. Puede sentir que no habla suficiente inglés para recibirle en buenas condiciones y, por tanto, intenta evitar situaciones embarazosas. En la mesa, nunca introduzcas los palillos en los platos, especialmente en el arroz blanco, y no comas directamente de los platos para servir. Dejar propina se considera una afrenta, ya sea en un restaurante, un hotel o con el taxista. Tenga en cuenta que la factura suele adoptar la forma de un pequeño recibo con muy poca información aparte del importe. Solicitar una factura detallada puede verse como una falta de confianza.
Lea también: Sushi, ¿solo un plato japonés de pescado crudo con arroz?
El operador turístico especializado Japan Experience (antes Vivre le Japon) creó su propia editorial, Komon. Con motivo del lanzamiento de su primer libro ilustrado, Go to Japan (coeditado con Les Arènes), la agencia de viajes le invita a descubrir el mundo de su autor, el artista gráfico Vahram Muratyan. Hasta el 22 de septiembre, su boutique situada en el 30 de la rue Sainte-Anne, en París, se transforma en una tienda temporal que recuerda al Shinkansen, el tren de alta velocidad japonés. La exposición presenta láminas del libro así como lugares emblemáticos de Japón en forma de miniaturas.
[Este artículo se publicó originalmente en octubre de 2019 y se actualizó.]
VER TAMBIÉN – Terminal F: cómo comportarse en Japón