Todo empezó hace un mes. El grupo de extrema derecha del Tarn Patria Albigès exige la cancelación del concierto, previsto para el 1 de abril en el Athanor, la sala de espectáculos de Albi, Medina, un rapero al que considera un «predicador del odio». Dos funcionarios electos de Tarn, Bernard Carayon, alcalde de LR de Lavaur, así como Frédéric Cabrolier, diputado RN de Tarn, apoyarán el colectivo.
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Desafían al prefecto de Tarn, apoyando la petición de Patria Albigès «por razones de orden público en un momento particularmente convulso». El concierto se mantiene a pesar de todo, y el rapero responde publicando un video en su cuenta de Instagram donde mientras silba apunta con dardos a la cara de los dos cargos electos.
Esto provoca entonces la furia de los dos implicados que aseguraron haber presentado una denuncia, tal y como asegura Frédéric Cabrolier en Twitter.
Por su parte, el prefecto también reaccionó en la red social expresando su indignación: “Me enteré de un vídeo del rapero Médine en el que las fotografías de los cargos electos del Tarn sirven como dianas para los dardos. Esta puesta en escena es inaceptable en nuestra República”.
El próximo concierto de Medina previsto para Agen este sábado 8 de abril también está amenazado de cancelación después de que la diputada de RN por Gironde, Edwige Diaz, enviara una carta a la ministra de Cultura Rima Abdul Malak. Reclama en éste la retirada de la etiqueta «SMAC» (Scènes de Musique Actuelle) de la ADEM (Asociación para el Desarrollo de la Expresión Musical), la asociación que gestiona la sala de espectáculos donde se supone que tendrá lugar la actuación del artista este fin de semana.
Ya desde 2015, el rapero Médine mantiene complicadas relaciones con parte del panorama político francés. Unos días antes del atentado de Charlie Hebdo, el rapero había lanzado un álbum llamado «Jihad, la mayor lucha es contra uno mismo» que incluía Don’t Laïk, una canción con letras escandalosas como «Crucifions les laïcards comme à Golgotha» o incluso “Vi el árbol de su secularismo antes de que lo pusiéramos en el suelo, Marianne es una mujer tatuada en sus pechos con la palabra “Fuck God”.
Al rapero se le negó entonces el acceso al Bataclan, en 2018, después de que funcionarios electos de derecha y extrema derecha pidieran la cancelación de sus conciertos en esta sala dañada por los atentados del 13 de noviembre de 2015.