En el corazón del Caribe, todo comienza con la capital cubana, con sus clásicos, sus lugares ceremoniales, sus viejos autos soviéticos y americanos y sus consignas revolucionarias. Sin embargo, más allá de los clichés, La Habana sigue siendo una incógnita para nuestros compatriotas. Lejos de los caminos trillados de la Revolución, la ciudad de dos millones de habitantes esconde tesoros inesperados.
La prueba por tres. Un barrio de religiones afrocubanas, Regla, un museo dedicado a Napoleón, un barrio de palacios coloniales, Miramar. Y qué decir de la costanera, el malecón, cigarros y mojitos. La devoción al Lider Máximo y el castrismo, son fulminantes. La Habana es diversa y enorme, siete veces el área del interior de París. El alma de la capital caribeña refleja esta diversidad. Escurridizo, pero lo entenderás poco a poco durante tus largas caminatas, puntuadas por los sonidos de la salsa. ¡Seamos honestos, La Habana en dos días es muy poco!
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Hay dos soluciones disponibles para usted: negociar el precio de un taxi desde el aeropuerto hasta el centro de la ciudad (calcule alrededor de 30 euros) o reservar un taxi antes de su partida. Una organización con sede en París, Novela Cuba, ofrece la segunda solución y facilita su llegada. Puede optar por un pase VIP para esperar su equipaje en un salón a la llegada y limitar los formularios de inmigración. Tenga en cuenta que se debe completar un formulario de inmigración antes de su llegada.
POR HACER
Siempre es difícil acceder a una agenda cultural en Cuba. Lea el diario Juventud Rebelde al final de la semana para descubrir los anuncios culturales del momento.
Museo de Bellas Artes
La Habana es una paradoja cultural. El papel de la cultura es muy importante allí, pero el arte se ha puesto al servicio de la Revolución, con pequeños cuadros del Che Guevara o viejos autos americanos multicolores.
Para huir de esta uniformidad, acércate al Museo de Bellas Artes para hacer un recorrido por la historia de la pintura cubana, pero también por la evolución cultural de la isla. Desde el largo período colonial español hasta principios del siglo XIX con la influencia de maestros franceses, como Jean-Baptiste Vermay. Siempre muy inspirado en Europa y las vanguardias de principios del siglo XX, entre la década de 1930 y la Revolución de 1958 surge un estilo netamente cubano. Los grandes maestros cubanos contemporáneos se llaman René Portocarrero o Wilfredo Lam y su estilo artístico afrocubano. . El Museo de Bellas Artes es un museo muy educativo, sin ser aburrido. Museo Nacional de Bellas Artes. Trocadero y Zulueta y Monserrate. habana vieja. Semejante. (53) 7 861 5777.
A LA MESA
¿Qué tal una comida en la terraza de la mítica Plaza de Armas para degustar una de las mejores langostas de La Habana o un pescado? El servicio, sin embargo, carece de calidez. La Mina. Calle Obispo
EL HOTEL A LA VISTA
El gobierno cubano construye desde hace una década, con la ayuda de Bouygues, muchos hoteles de lujo en La Habana Vieja, Vedado y Miramar. El Hotel Nacional sigue siendo nuestro favorito. Durante mucho tiempo fue el único palacio de la capital. Si no exhibe el lujo del puñado de grandes hoteles construidos en los últimos años (Gran Hotel Manzana, Parque Central en particular), el Nacional sigue siendo el más cautivador con su arquitectura de los años 20 y su historia.
El hotel en primera línea de playa ha acogido a los más grandes, pero también a los menos recomendables, como Al Capone o Meyer Lansky. Jefes de estado, mafia, actores, políticos, los encontrarás expuestos en un gran salón. Además de su excelente restaurante y su cabaret Le Parisien, los fabulosos jardines del hotel donde hay un bar te ofrecerán una de las vistas más hermosas de la capital. Calle 21 y O, El Vedado. Semejante. : ( 53) 7 836 3564 y 836 3567.
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Mañana
Realice un viaje a nivel de adoquines desde el Capitolio, el parlamento de Cuba y réplica del Capitolio de los EE. UU., para romper el cuello de los conceptos erróneos sobre la isla. Diríjase al cercano Parque Central y al Teatro de la Ópera de La Habana, cuya visita es obligada. Barack Obama violó en 2016 un efímero acercamiento entre Estados Unidos y Cuba. Es desde este barrio de La Habana Vieja que descubrirás la capital. Desde el Parque Central, diríjase hacia la Calle Obispo, la principal vía peatonal.
En el menú, un mercado artesanal local, el museo de la moneda, pero también el de los Comités de Defensa de la Revolución. Antes de dirigirse a la Plaza de Armas y sus libreros, deténgase en el hotel Ambos Mundos para explorar la habitación de Ernest Hemingway y sus artefactos. Luego piérdete en las pequeñas calles perpendiculares y en particular la calle Mercaderes, sus tiendas y museos, para llegar a la Plaza Vieja, una plaza enorme y luminosa, con sus arcos coloniales, su fototeca, su cuarto oscuro (Cámara Oscura), donde tener una vista de 360 grados de la ciudad.
Por último, no te pierdas el Museo de la Revolución, el antiguo palacio presidencial de Fulgencio Batista, su enorme parque y sus tanques y aviones de otra época.
Pausa para almorzar
La Cervecería es el lugar de encuentro de los cubanos a la hora del almuerzo. Es una microcervecería, donde sirve comidas sencillas con una espléndida vista de la Bahía de La Habana. La Cervecería está a tiro de piedra de un enorme almacén, donde exponen pintores y artesanos.
Tarde
A 300 metros de la Cervecería, no se puede perder la terminal de Regla desde donde parten dos pequeñas embarcaciones (Lanchas) hacia los distritos de Casablanca y Regla. Elige el de Regla. En menos de 10 minutos y por dos pesos cubanos (menos de un céntimo de euro), tendrás una excelente vista de La Habana y su Bahía. Apenas desembarcado, aquí se encuentra la iglesia de Nuestra Señora de Regla y su Virgen Negra, objeto de romerías.
Católicos, los cubanos también están impregnados de religiones afrocubanas. Regla es el lugar con su museo dedicado a estas religiones, no lejos de la iglesia. La Habana no solo es caribeña, es africana, europea, americana y hasta un poco asiática! Desde Regla, tome un taxi hasta el asombroso Barrio Chino, un vasto distrito, donde viven solo un puñado de chinos que llegaron antes de la Revolución. Los ciudadanos del Reino Medio, seducidos en el siglo XIX por los contratos en las plantaciones españolas (que resultarán ser esclavos) traerán el sabor del arroz.
En Barrio Chino, ya estás en el distrito de Centro Habana. Simplemente piérdete por sus callejuelas, devora con la mirada los mutilados palacios españoles y visita la fábrica de puros Romeo y Julieta. ¡Atención, en Cuba los puros son Tabacos y los cigarros son Cigarros!
Aperitivo y cena
Un aperitivo y un atardecer en la azotea del Gran Hotel Manzana. Beba un Mojito en la piscina más hermosa de la capital. Tendrás una de las vistas más bonitas de la metrópolis. Luego ve al restaurante Los Nardos, frente al Capitolio. Es una excelente mesa, en un marco encantador, para descubrir la gastronomía cubana.
Noche
Un recorrido por la costanera, el Malecón, es imprescindible. Cubanos, jóvenes y viejos, se dan cita allí al caer la noche. De jueves a domingo, la juventud artística y moderna se da cita en la Fabrica de Arte Cubano donde se mezclan exposiciones, restaurantes y música. El resto de días, acércate a la Casa de la Música de la calle Galiano.
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Mañana
Alquila un viejo coche americano descapotable por unos treinta euros hasta la fortaleza de San Carlos de la Cabana. No solo es un excelente punto de observación sobre la capital, sino también un lugar cargado de historia que los españoles eligieron para defenderse de los invasores. Poco después de la Revolución, el Che Guevara instaló allí su cuartel general, que aún puede visitarse.
Vuelve a subirte a tu descapotable y dirígete al Vedado, el barrio de los artistas y la burguesía cubana. Desde el Malecón, suba por la Rampa, hasta el Coppelia, el gran glaciar de la metrópolis, ubicado frente al no menos mítico hotel Habana Libre donde vivió Fidel Castro en 1959. El Vedado alberga el hotel Nacional, cuya visita es básico. Desde el hotel verá a lo lejos la Embajada Americana y la tribuna «antiimperialista» frente a ella.
Además de sus grandes clubes de música, la Universidad de La Habana, imperdible, así como el asombroso Museo Napoleón cercano, el Vedado es una maraña de palacios, cada uno más fabuloso que el anterior, especialmente en la Calle 17 Al final de su viaje, viaje a Miramar-Playa en uno de los taxis limusina soviéticos ubicados cerca del Hotel Capri. Estos fueron ofrecidos a Fidel Castro por los líderes de la antigua URSS.
Pausa para almorzar
Casa Española es una residencia al estilo de un pequeño castillo fortificado. También es el lugar ideal para comer una paella a la sombra de las palmeras. Si el restaurante, popular entre los diplomáticos, está lleno, vaya a otro buen restaurante, El Ajibe, que está cerca.
Tarde
Miramar-Playa es el barrio del teatro Karl Marx y sobre todo de las suntuosas embajadas europeas o africanas. Los diplomáticos viven allí en palacios, cada uno más lujoso que el anterior. Se merece un largo paseo.
Los soviéticos, Los Bolos (bolcheviques), como se dice en Cuba, estuvieron estacionados en la isla durante tres décadas, de ahí la imponente misión rusa, que, por su extraño estilo arquitectónico, hongo o jeringa de hormigón armado, c es según, solo merece un desvío.
Luego deténgase en el Memorial de la Denuncia, dedicado al espionaje, pero sobre todo reserve de dos a tres horas de su tiempo para ir al barrio de San Francisco de Paula y perderse en la espléndida finca de Ernest Hemingway, la Finca Vigía, su libros, sus artefactos, sin olvidar las decenas de gatos de los que el escritor era adorador.
Aperitivo y cena
Regrese a La Habana Vieja para tomar un aperitivo en Sloppy Joe, un bar popular durante la época de la prohibición en los Estados Unidos. Luego camine hasta el Parque Central, el Boulevard y la calle San Rafael para cenar en San Cristóbal, un bonito Paladar (restaurante privado) que la familia Obama eligió en marzo de 2016.
Noche
Para terminar la velada con estilo, no te pierdas el espectáculo de las bailarinas de Tropicana. Este cabaret, que también se encuentra en otras ciudades, es una institución de La Habana desde 1939. Por él han pasado Joséphine Baker y las más grandes estrellas.
Hotel Presidente
El Malecón está a tus pies. El Presidente es uno de los establecimientos más deliciosos de La Habana. Inaugurado en 1928 con llave de oro, uno de los hoteles más antiguos de la capital conserva todo su encanto neoclásico. A partir de 200 euros. calzada
Hôtel Paseo Habana
El Paseo Habana es un hotel de tres estrellas en el corazón del Vedado, pero resguardado de su tumulto. Las habitaciones son espaciosas y los precios muy razonables a pesar de la proximidad a la Rampa ya los principales centros de ocio nocturno. A partir de 50 euros. Calle 17 esq. A. El Vedado. Semejante. : ( 53) 7 836 0810.
Buenas mesas
San Rafael
Pájaro. 7ma izquierda a 24. Miramar. tel. : (53) 7 204 1583.
Calle Aguiar
Paseo de Marti. Habana Vieja. Tél : ( 53) 7 863 2985.
Avenida 7, Esq. 26. Miramar. Semejante. : ( 53) 7 206 9887.
Sal a tomar un ron añejo o una Tukola, la coca-cola socialista.
Calle 72, entre ave. 41 y 45. Marianao. Tél. : ( 53) 7 267 1717.
Animas esq. a Zulueta. Habana Vieja.Tél. : ( 53) 7 866 7157.
Ave. Del Puerto y San Ignacio. Habana Vieja. Pas de tél.
Calle 26 esq. 13. El Vedado. Tél. : ( 53) 7 838 2256.
Casa de la Musica de Galiano
Galiano e/ Neptuno y Concordia. Centro Habana. Tél. : ( 53) 7 862 4165.
Parque Central. Habana Vieja. Tél. : ( 53) 7 869 9100.