Alerta de finanzas públicas. La transición energética provocará una pérdida de nada menos que 13.000 millones de euros en ingresos estatales de aquí a 2030, y hasta 30.000 millones de aquí a 2050, estima la Dirección General del Tesoro. La administración ha calculado por primera vez el déficit en los impuestos sobre el combustible en los próximos años.

La fiscalidad de los combustibles aportó 41.500 millones de euros a las cuentas públicas en 2022, según estimaciones del Ministerio de Economía, en particular a través del impuesto sobre el consumo interno de productos energéticos (TICPE) y el impuesto sobre el valor añadido (IVA). La salida de los combustibles fósiles implica una reducción de los impuestos sobre estas energías: sin cambios, podrían erosionarse “en 13 mil millones de euros para 2030 y 30 mil millones de euros para 2050”, estima el Tesoro en un informe intermediario del estudio sobre “la economía”. Cuestiones de la transición hacia la neutralidad de carbono” que publicará en 2024.

Este documento se publica con motivo de los Encuentros de Bercy dedicados el martes al tema “Crecimiento y clima”. Estas cifras se inscriben en el escenario de un calentamiento global limitado a 1,5°C, para el cual Francia y la Unión Europea se han comprometido a reducir sus emisiones netas de gases de efecto invernadero en un 55% en 2030 con respecto a 1990, y a alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.

El informe observa que los países escandinavos, cuya electrificación del parque de vehículos comenzó antes, ya se enfrentan a este fenómeno de erosión de ingresos, y que “varios países europeos están respondiendo movilizando más otras fuentes de ingresos dentro del sector viario”, como las urbanas. los peajes o la reducción de las subvenciones a los vehículos eléctricos a medida que baje su precio de compra. Vías que podrían considerarse en Francia para hacer frente a las pérdidas de eficiencia vinculadas a la transición energética.

Además, el informe estima que serán necesarios 110 mil millones de euros adicionales al año (brutos, en comparación con 2021) en inversiones públicas y privadas para proyectos de descarbonización. Aún no tiene una estimación para 2050. Al mismo tiempo, las inversiones desfavorables para el clima podrían reducirse, en 37 mil millones por año en 2030, por ejemplo, gracias al aumento de los vehículos eléctricos y a los esfuerzos hacia la sobriedad.

A pesar de estos costes, la dirección del Tesoro recuerda “que, a largo plazo, la transición será beneficiosa para la economía y el bienestar” en comparación con el statu quo, y anima fuertemente a anticipar las medidas que se tomarán.

Las reuniones de Bercy reunirán el martes en el Ministerio de Economía y Finanzas a varios ministros, Bruno Le Maire (Economía), Agnès Pannier-Runacher (Transición energética) y Christophe Béchu (Transición ecológica), con expertos como Bill Gates, co- presidente de la Fundación Bill y Melinda Gates, o Jean Pisani-Ferry, coautor de un informe publicado en primavera sobre “los impactos económicos de la acción climática”.