Endeudar un poco más al país para estimular la actividad. Éste ha sido el mantra chino durante varias semanas. Cuando el nuevo Ministro de Finanzas, Lan Foan, fue nombrado en una importante reorganización del gabinete el 24 de octubre, Beijing anunció planes para emitir más bonos soberanos.

El domingo, Lan Foan indicó que China aceleraría estas nuevas emisiones de bonos del Tesoro. En “una situación nacional e internacional compleja”, el Ministerio de Finanzas se centrará en el riesgo vinculado a la deuda de las autoridades locales e intentará aprovechar mejor los nuevos bonos para estimular la economía. También se esforzará por mejorar la eficiencia de la política fiscal, informa la agencia de noticias estatal Xinhua.

Lan Foan, un tecnócrata de 61 años con poca experiencia en el gobierno central, asumió el cargo en un contexto delicado. El presidente Xi Jinping espera estimular el consumo interno y consolidar la recuperación de la segunda economía del mundo, penalizada desde hace meses por una lenta recuperación post-Covid.

A finales de octubre, su gobierno emitió señales proactivas sobre el déficit presupuestario y la deuda pública. Se anunciaron emisiones adicionales de bonos soberanos por valor de 1 billón de yuanes, aproximadamente 130 mil millones de euros. Se deben asignar fondos a programas para reconstruir áreas de desastre o prevenir inundaciones.

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“Es raro que los planes del gobierno central se revisen fuera del ciclo presupuestario habitual. Esto muestra preocupación por el crecimiento a corto plazo”, subrayaron luego los analistas de Capital Economics. “Las autoridades chinas necesitaban prestar más atención a la creciente deuda a nivel subnacional y en los vehículos financieros locales. Deberían esforzarse por reducir la larga dependencia del país del sector inmobiliario”, subrayó Vitor Gaspar, director de asuntos fiscales del FMI, a mediados de octubre en Marrakech.

Los días 30 y 31 de octubre se organizó una reunión oficial dedicada a las finanzas del país, informa la prensa china. Pero entre los riesgos vinculados a la deuda de las autoridades locales y el empeoramiento de la crisis inmobiliaria y el deseo de reactivar la actividad económica, las autoridades chinas a veces parecen evadir.

Pekín ha autorizado a determinados gobiernos locales a emitir por adelantado bonos normalmente previstos para 2024, con el fin de cubrir determinadas necesidades, indicó el domingo el nuevo ministro de Finanzas.

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Al mismo tiempo, para permitir que el sector inmobiliario, que aporta hasta el 15% del PIB, participe en la recuperación de la economía, la autoridad reguladora financiera estaría flexibilizando las condiciones de los préstamos. Según se informa, la Administración Nacional de Regulación Financiera ha reducido sus requisitos, particularmente en lo que respecta a la exposición de los bancos a los préstamos hipotecarios.

En el tercer trimestre, la economía china tuvo un desempeño mejor de lo que esperaban los analistas. Como resultado, se podría alcanzar el objetivo de crecimiento del 5% del gobierno para todo el año. Pero persisten los vientos en contra, entre la crisis inmobiliaria y la renuencia de las empresas privadas a gastar en un contexto de baja confianza. Por tanto, varios economistas prevén una desaceleración de la actividad más marcada en 2024 que en 2023.