Una inauguración a bombo y platillo de las tradicionales negociaciones comerciales, que decidirán los precios que se ofrecerán en los próximos meses en los supermercados. El director general de Coca-Cola Europacific Partners (CCEP), cuyo famoso refresco se encuentra entre las tres bebidas más vendidas en Francia, anuncia a nuestros colegas de Le Parisien un aumento del 7% en los precios brutos ofrecidos a los distribuidores de sus distintos productos. “Tenga en cuenta que esto no significa que nuestros productos aumentarán en la misma cantidad, ya que negociaremos esta cifra con los grandes minoristas. Luego, cada distribuidor será libre de obtener más o menos margen sobre tal o cual producto, antes de fijar el precio final”, advierte François Gay-Bellile, jefe de Coca-Cola Francia.
Esta solicitud de aumento de precios se produce pocos días después de que Bruno Le Maire, ministro de Economía y Finanzas, anunciara el fin de “la crisis inflacionaria”. Una observación en la que los representantes de la gran distribución coincidieron en general. Interrogado el domingo por Ouest-France, Dominique Schelcher, presidente de las tiendas Système U, coincidió con el ministro, afirmando que “los franceses están al borde de lo que pueden soportar”. Una especie de advertencia lanzada a los fabricantes al inicio de estas negociaciones clave de que el Gobierno ha decidido adelantar un mes ante la urgencia de ver caer los precios.
El director francés de Coca-Cola, uno de los mayores grupos industriales presentes en la mesa de negociaciones, apaga un poco el entusiasmo de todos. “Todavía hay bastante inflación”, afirma. Ciertamente, los envases (en particular de plástico y aluminio), que habían alcanzado máximos, han disminuido ligeramente. Pero el azúcar sigue aumentando considerablemente, al igual que los salarios, que hemos reevaluado un 5% en 2023. Y además, por ejemplo, utilizamos cada vez más PET (un tipo de plástico) reciclado, cuyo coste adicional ronda el 40%. comparado con el PET virgen”, explica el industrial.
Dominique Schelcher confirmó el domingo que los precios del azúcar siguen aumentando, pero llamó la atención sobre la considerable caída de, por ejemplo, los precios del transporte marítimo, que sustenta el comercio mundial. “Todos estos elementos pueden servir de palanca para las reducciones”, insistió el jefe del Système U en el Oeste de Francia, antes de atacar a los industriales que “aprovechan esta ola inflacionaria para reconstruir sus márgenes”. Un reproche que elude François Gay-Bellile, que estima que su margen del 12% al 13% es “consistente” con el de sus competidores.
A pesar de esta petición del grupo Coca-Cola de que sus precios aumenten un 7% en los lineales –lo que sigue siendo menos significativo que el año pasado (20%)–, el director general considera “prestar atención a ciertos umbrales psicológicos”, empezando por “los tradicionales Botella de 1,75 litros” que “debe quedar a menos de dos euros” mientras que “actualmente ronda los 1,97 céntimos”. La propuesta de Coca-Cola no rige en modo alguno el resultado de las negociaciones ni el precio que se ofrecerá a los consumidores a partir del 1 de febrero. “Todavía es demasiado pronto para saberlo, porque todo dependerá de la negociación y luego de las decisiones de los distribuidores”, afirma el director general de Coca-Cola Francia.