Los fabricantes de automóviles conocen ahora las condiciones del examen para aprobar, de modo que sus coches eléctricos puedan beneficiarse de la ayuda del Estado. El gobierno acaba de revelar el método de cálculo de su nuevo bono ecológico verde que entrará en vigor en enero de 2024 al adquirir un vehículo eléctrico. Mientras que hasta ahora la subvención de 5.000 euros (hasta 7.000 euros para las familias de bajos ingresos) para la compra se asigna independientemente del balance de CO2 del vehículo durante todo su ciclo de vida, ahora se examinará su sobriedad medioambiental.

“Como criterio medioambiental sólo se tuvieron en cuenta las emisiones de gases de efecto invernadero durante el uso (durante la conducción, nota del editor). Sin embargo, este enfoque no permite apoyar a los vehículos más virtuosos, ya que no integra las emisiones ligadas a todo el ciclo de vida de un vehículo, desde su fabricación hasta su uso en carretera, explica el gobierno.

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A partir de ahora, se asignará una puntuación medioambiental a cada modelo vendido en Francia, que le permitirá optar o no al bono ecológico. El decreto y la orden que regulan los criterios ambientales se publicarán el martes en el Diario Oficial. Sin embargo, la lista de vehículos elegibles no se publicará hasta mediados de diciembre. El momento en que Ademe (la Agencia de Transición Ecológica) inspecciona todos los coches según una metodología “extremadamente rigurosa”, afirma el gobierno.

La puntuación ambiental del vehículo se calculará en función del impacto ambiental de cada paso previo a su uso en la carretera. Así, se tendrán en cuenta los materiales utilizados para la producción (acero, metales ferrosos, aluminio, etc.), así como el impacto ambiental durante el montaje (consumo energético, etc.) y las baterías (peso, transporte, etc.). También se examinará la logística. En total, los coches deberán obtener una puntuación mínima de 60 sobre 80.

Aunque los fabricantes chinos no se vean directamente afectados por esta nueva bonificación, sus vehículos estarán mal clasificados si han sido fabricados con baterías y materiales chinos y han recorrido miles de kilómetros. Su venta continuará, pero sin la ayuda del Estado. Lo suficiente como para encarecerlos y reducir la diferencia de precios con los vehículos europeos. Este año, el Estado ha destinado 1.000 millones de euros al bono ecológico. Buena parte de esta cantidad se destinó a vehículos eléctricos “made in China”, incluido el Spring de Renault.

“Gracias a esta reforma, dejaremos de subvencionar los vehículos eléctricos que tienen una mala huella de carbono”, subraya Bruno Le Maire, ministro de Economía. Favoreceremos los vehículos cuya producción emita menos CO2, lo que debería dar lugar a una reducción de la huella de carbono francesa de 800.000 toneladas al año (…) Se trata de una medida de sentido común, emblemática de nuestra estrategia de industria verde. Esta será la primera vez en Europa. »

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El objetivo de esta nueva bonificación es animar a los fabricantes, incluidos los chinos, y a sus proveedores a producir en Europa. “La transición energética debe permitir la creación de fábricas y empleos industriales en nuestro territorio”, afirma Agnès Pannier-Runacher, ministra de Transición Energética. Esto es esencial para que beneficie a todos los franceses. Al imponer un criterio medioambiental al bono ecológico y al arrendamiento social (alquiler de un vehículo eléctrico por 100 euros al mes, ndr), damos una ventaja a las empresas francesas y europeas que se esfuerzan por reducir su huella medioambiental. »

Y a nivel europeo, Ursula van der Leyen anunció la apertura de una investigación sobre las subvenciones del gobierno chino a su industria automovilística. La ofensiva es total.