Las ventas de relojes y joyas se dispararon un 20 % en 2022 hasta alcanzar los 7.500 millones de euros en Francia, demostrando un «dinamismo excepcional» pese a un «contexto incierto» vinculado al conflicto en Ucrania, el aumento de los costes de la energía y el aumento de la inflación, según el informe anual del sector. .

“La industria francesa de la relojería, la joyería y la joyería brilló con mil luces” el año pasado, con una producción que alcanzó los 5.000 millones de euros, un 29% más, dijo el miércoles el comité profesional Francexplosion. “2021 ya había cambiado las cosas y 2022 ha llevado la actividad a un nivel récord. Nunca habíamos conocido un progreso tan histórico, el mercado francés nunca lo había hecho tan bien, tanto gracias a la clientela francesa como también al regreso de los turistas extranjeros” el año pasado, saluda a la AFP su delegado general, Hervé Buffet.

Con una facturación de 381 millones de euros, un 12 % más que en 2021, la producción relojera (2968 puestos de trabajo) tuvo «su mejor año en 20 años»; sin embargo, las marcas francesas solo captan el 2 % de las ventas del sector en Francia. Por su parte, la producción de joyería saltó un 31% hasta los 4.600 millones de euros.

En cinco años, de 2018 a 2022, la producción francesa de relojes y joyas se ha más que duplicado, de 2.400 a 5.000 millones de euros, lo que ha creado más de 2.000 puestos de trabajo industriales en un sector en el que trabajan 14.000 personas -solo para la fabricación, que por lo tanto no incluye ventas y otras funciones.

Tras caer hasta los 4.700 millones de euros en 2020, frente a los 7.500 millones de euros de 2019 -un año de actividad inflado por las exportaciones masivas al Reino Unido, antes del Brexit-, las exportaciones de relojes y joyas “retornaron con fuerza” el año pasado, indica Francexplosion, para alcanzar 9.500 millones de euros en 2022.

“Después de un año 2021 todavía marcado por períodos de cierre administrativo más o menos largos según las áreas comerciales, 2022 volvió a patrones más habituales, un fenómeno amplificado por el regreso de muchos turistas”, comenta Francexplosion.