La Comisión Europea anunció el jueves que renovará la autorización del glifosato en la Unión Europea por 10 años, tras una votación de los Estados miembros que no logró alcanzar una mayoría sobre el destino de este controvertido herbicida. En apoyo de su decisión, el ejecutivo europeo destaca el informe de un regulador europeo que estima que el nivel de riesgo no justificaba la prohibición del glifosato.

La actual autorización del glifosato en la UE, renovada en 2017 por cinco años y luego prorrogada por un año más, expira el 15 de diciembre. A falta de una mayoría entre los 27, correspondía a la Comisión decidir. “La Comisión, en colaboración con los Estados miembros de la UE, procederá ahora a renovar la aprobación del glifosato por un período de diez años, sujeto a ciertas nuevas condiciones y restricciones”, dijo en un comunicado comunicado.

El ejecutivo europeo prevé algunas salvaguardias y prohíbe el uso de esta sustancia para desecación (esparcir para secar un cultivo antes de la cosecha). Le glyphosate, substance active de plusieurs herbicides – dont le Roundup de Monsanto (Bayer), très largement utilisé dans le monde – avait été classé en 2015 comme «cancérogène probable» par le Centre international de recherche sur le cancer de l’Organisation mondiale de la salud.

Por el contrario, en julio, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) dijo que no había identificado ninguna “área crítica de preocupación” en humanos, animales y el medio ambiente que impidiera la autorización del herbicida, aunque reconoció la falta de datos. El grupo alemán Bayer, que adquirió Monsanto en 2018, acogió con satisfacción el anuncio de la Comisión. “Esta nueva autorización nos permite seguir proporcionando a los agricultores de toda la Unión Europea tecnología importante para el manejo integrado de malezas”, dijo un portavoz.

Al igual que en la primera votación del 13 de octubre, el jueves no se alcanzó la mayoría cualificada necesaria para validar o rechazar la propuesta de la Comisión, es decir, 15 Estados de 27, que representan al menos el 65% de la población europea. Siete países, entre ellos Francia -primera potencia agrícola de la UE-, Alemania e Italia, se abstuvieron, según fuentes diplomáticas, mientras que 17 votaron a favor y tres en contra (entre ellos Luxemburgo).

El miércoles, el ministro de Agricultura francés, Marc Fesneau, reiteró que una prohibición total del herbicida “no era posible” por el momento debido a la falta de alternativas para los agricultores. “Debemos reconocer que hay usos en los que hoy nos encontramos en un punto muerto. Seguiremos defendiendo a nivel europeo la voluntad de reducir el uso de glifosato y al mismo tiempo tomaremos nota de las situaciones de estancamiento en las que nos encontramos”, declaró ante el Senado.

Para las ONG Foodwatch y Générations Futures, “esta posición es, como era de esperar, una traición a la promesa hecha por el presidente de la República (Emmanuel Macron) en 2017”. Consideran que la renovación de la autorización “una vez más va en contra del principio de precaución mientras se siguen acumulando pruebas del peligro del glifosato para los seres humanos y para el medio ambiente”.

Incluso si la sustancia activa se aprueba a nivel de la UE, cada Estado sigue siendo responsable de autorizar los productos que contienen glifosato y, por lo tanto, podría adoptar restricciones en función de las especificidades locales y los posibles efectos sobre el medio ambiente, en el marco de los criterios establecidos por Bruselas.