Las controversias en torno al glifosato nunca terminan. Un grupo de ONG acusa al grupo químico alemán Bayer de haber omitido datos en el marco de una investigación criminal sobre los riesgos relacionados con el uso del controvertido herbicida, que Bruselas propuso renovar por diez años. La asociación austriaca de defensa del medio ambiente Global 2000 confirmó a la AFP el miércoles que había presentado nuevos elementos ante la fiscalía de Viena contra Bayer, que en 2018 compró la estadounidense Monsanto, fabricante del famoso Roundup.
«En su solicitud de nueva autorización, Bayer excluyó indebidamente datos desfavorables o resultados tergiversados», afirmó a la AFP Helmut Burtscher-Schaden, bioquímico de Global 2000. Según el documento presentado el 27 de septiembre, el objetivo es «engañar a las autoridades». y al público sobre la nocividad real” del producto. Bayer, por su parte, negó haber “ocultado estudios científicos”, asegurando haber “actuado siempre de manera totalmente transparente”, en una reacción enviada a la AFP el jueves.
La Comisión Europea propuso en septiembre renovar la autorización del glifosato en la UE por diez años, bajo condiciones. Se basa en una evaluación científica de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) que estima que el nivel de riesgo no justifica la prohibición de este herbicida. O Global 2000, asociado a la red PAN Europe (Pesticide Action Network Europe) y a la asociación francesa Générations Futures, afirma que Bayer sustrajo datos “que señalan efectos nocivos sobre el sistema nervioso del glifosato”, particularmente en mujeres embarazadas y niños pequeños.
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Este enfoque forma parte de una investigación abierta en 2019 por la fiscalía de Viena, tras una denuncia inicial de ONG. Ante el anuncio de Bruselas, «consideramos importante que los responsables de la toma de decisiones supieran que la evaluación de riesgos se basaba en datos incorrectos y faltantes», subrayó Helmut Burtscher-Schaden.
Los 27 Estados miembros deberán decidir por mayoría cualificada en una votación el 13 de octubre. Alemania pide el abandono del glifosato “siempre que no se pueda excluir el daño a la biodiversidad, base de la agricultura sostenible”. Austria también votará en contra de la propuesta europea.
Por parte francesa, el Ministerio de Agricultura considera que el glifosato, como otros productos fitosanitarios, debería limitarse a usos para los que no existe alternativa. “Hoy no sabemos cómo prescindir de él”, afirmó nuevamente el ministro Marc Fesneau este fin de semana. El glifosato, que está sujeto a restricciones o incluso prohibiciones en varios países del mundo, fue clasificado en 2015 como “probable carcinógeno” para los humanos por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS).