El gobierno ha estado marcando la pauta desde este fin de semana. Los distribuidores de combustible (grandes minoristas, operadores integrados y estaciones independientes) podrán vender con pérdidas “desde principios de diciembre”, durante un período de “seis meses”. Para el ministro de Economía, el objetivo es garantizar “combustibles más baratos en Francia”. De hecho, el diésel ha subido 22 céntimos en dos meses, hasta 1,95 euros el litro, y la gasolina, 12,6 céntimos en el mismo periodo. Invitado de 4V este lunes por la mañana en France 2, Bruno Le Maire también destacó la congelación de precios de Total, a 1,99 euros por litro de combustible.

El texto legislativo sobre la venta con pérdidas se estudiará en la “Asamblea del próximo mes de octubre”. En concreto, esto debería modificar el artículo L442-5 del Código de Comercio, que normalmente prohíbe la reventa con pérdida para todos los comerciantes. Este nuevo texto se incluirá en el proyecto de ley sobre renegociaciones comerciales. Su objetivo es acelerar la reapertura de las conversaciones entre distribuidores y fabricantes, para bajar los precios de miles de referencias, mientras que los precios de determinadas materias primas bajan desde hace varias semanas.

«Todos deben comprometerse en esta lucha contra la inflación», añadió la ministra, que también saludó los «compromisos de los distribuidores» con «precios bloqueados en 5.000 productos». “Vamos a salir de esta inflación tan brutal”, afirma Bruno Le Maire, que quiere alcanzar una “inflación del 2% en 2024”. “No quiero ni un día de pérdida de poder adquisitivo”, insistió con confianza.