En Francia, los neófitos en inversión sobreestiman su nivel de educación financiera, lo que tiende a sesgar su percepción del riesgo, concluye un estudio de la OCDE por encargo de la AMF publicado el jueves. “El estudio muestra un exceso de confianza entre los nuevos inversores en cuanto a su nivel de conocimientos financieros”, escribe la Autoridad de los Mercados Financieros (AMF) en un comunicado de prensa.
Entre los nuevos inversores individuales encuestados, el 73% de los jóvenes de 18 a 24 años creen que tienen un nivel “alto” de conocimientos financieros, la proporción aumenta al 75% entre los de 25 a 34 años. Sin embargo, cuando se les preguntó “sobre conceptos simples como los efectos de la inflación, la diversificación o la relación riesgo/rentabilidad”, “más de la mitad de los más jóvenes sólo respondieron correctamente dos preguntas de seis”, informa la ‘AMF.
Este estudio, realizado sobre una muestra de 8.000 personas, entre ellas 2.000 inversores individuales, permite elaborar un retrato compuesto de los nuevos inversores individuales franceses. Parece que la mitad de los neófitos encuestados empezaron a invertir al inicio de la pandemia de Covid-19 en 2020. Dentro de este público, predominantemente masculino (64%) y bastante joven (el 56% tiene menos de 35 años), la mitad ha invertido en criptomonedas.
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Sin embargo, “la mayoría de quienes invierten en productos muy riesgosos, como derivados, opciones o criptoactivos, no pudieron responder correctamente a las preguntas relacionadas con el uso de estos productos”, indica el estudio. Para el 73% de los encuestados, “ganar mucho dinero rápidamente” es una prioridad, pero, paradójicamente, dicen preferir productos con riesgo y rentabilidad moderados (61%). “Su percepción del riesgo parece limitada”, señala la AMF.
Además, los nuevos inversores tienden a “acceder a la información financiera principalmente a través de fuentes en línea, incluidas las redes sociales”. También es más probable que recurran a determinadas empresas, “como las tecnológicas estadounidenses o Tesla”, cita el estudio, así como a determinados tipos de inversión, “como los fondos indexados (Exchange Traded Funds o ETF)”.
Un ETF es una canasta de acciones o bonos cuyo objetivo es replicar el desempeño de un índice bursátil. Los ETF hacen que se pueda acceder a un índice completo a través de un único valor, como el CAC 40, por ejemplo. El organismo de control de los mercados financieros explica que el aumento de la actividad bursátil en Francia “coincide con una creciente popularidad de los ETF desde 2020”. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) utilizará esta encuesta para desarrollar una estrategia de educación financiera dirigida específicamente a nuevos inversores, para presentar una propuesta al AMF en el primer semestre de 2024.