La Banque de France estima en una nota que una flexibilización de las condiciones actuales para la concesión de hipotecas, que baraja Bercy, “correría el riesgo de empujar a muchos hogares a situaciones de sobreendeudamiento”. Ante una caída en la concesión de préstamos inmobiliarios, el Ministerio de Economía indicó este martes que se estaban «realizando trabajos de evaluación» sobre las condiciones de acceso a los préstamos.
Desde el 1 de enero de 2022, los bancos franceses deben cumplir ciertos criterios, definidos por el Consejo Superior para la Estabilidad Financiera (HCSF), para otorgar una hipoteca: una tasa de esfuerzo, es decir, la cantidad total de gastos relacionados con la vivienda en relación con los ingresos, de 35 % máximo y un período de deuda de 27 años como máximo en determinados casos (como trabajos previos a la vivienda).
Sin embargo, los establecimientos tienen la posibilidad de derogar estos criterios para el 20 % de los préstamos pero, según Banque de France, esta flexibilidad “es utilizada solo parcialmente por los bancos, en un 14,5 %”. Desde hace meses, varios actores inmobiliarios han estado dando la voz de alarma, diciendo que temen un colapso en los préstamos otorgados en el último trimestre de 2022.
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En una nota fechada el miércoles publicada en su sitio, la Banque de France considera que “modificar” los estándares de protección actualmente vigentes “no cambiaría el ciclo normal del crédito hipotecario; por otro lado, esto correría el riesgo de empujar a una serie de hogares a situaciones de sobreendeudamiento a largo plazo y tasas más altas”.
“Sería el peor momento para hacerlo, cuando la deuda de los hogares franceses, del 66 % del PIB, ya es más alta que la del resto de la zona euro y la de todos nuestros principales vecinos. Más allá de desarrollos marginales, es importante no trastornar la sana financiación del sector inmobiliario como base para el desarrollo sostenible de este sector”, cree.
La Banque de France juzga que «la menor producción de préstamos hipotecarios, que sigue a varios años de crecimiento muy fuerte del crédito a tipos muy bajos, se explica hoy sobre todo por la menor demanda de los hogares», que «han satisfecho muchas de sus demandas durante estos años, incluso hasta la primera mitad de 2022. Están lógicamente esperando la estabilización de los precios inmobiliarios”, según ella.