Este miércoles por la mañana, en el Consejo de Ministros, la ministra de Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher, presentó un proyecto de ley relativo a la organización y gobernanza de la seguridad nuclear. El asunto es espinoso. Se trata de la fusión de la Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN) con el Instituto de Protección Radiológica y Seguridad Nuclear (IRSN). Hace unos meses, este proyecto provocó la protesta de asociaciones, cargos electos y el propio IRSN, abiertamente hostiles a esta fusión. Se trataba de una simple modificación de la ley de aceleración nuclear, que finalmente fue retirada para no obstaculizar la adopción de este primer texto, finalmente votado en junio.
Esta vez, la fusión ASN/IRSN que daría origen a la Autoridad de Seguridad Nuclear y Protección Radiológica (ASNR) es, por tanto, objeto de un texto ad hoc y de mucha educación por parte del gobierno. “Este texto se refiere a la organización de la seguridad nuclear, no afecta en modo alguno al marco”, afirman allegados a Agnès Pannier-Runacher. El texto debería ser examinado en sesión plenaria del Senado el 7 de febrero antes de una primera votación seis días después.
El Ministerio de Transición Energética justifica esta fusión en el contexto del relanzamiento de la energía nuclear, destacando tres pilares: la transparencia de la información, el necesario refuerzo del atractivo para atraer talentos y el refuerzo de la investigación.
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Por tanto, se destaca la evolución del panorama nuclear francés para justificar la necesidad de esta reforma. Se discuten cuatro temas principales. Por un lado, la continuidad del funcionamiento de los 56 reactores en funcionamiento y la construcción de nuevos reactores de agua a presión (EPR 2). Pero también el desarrollo de tecnologías disruptivas, con pequeños reactores modulares (SMR) con sales fundidas y sodio. Asimismo, el apoyo de Francia a diversos programas de investigación (Iter y Jules Horowitch), así como la necesidad de reforzar todas las etapas vinculadas a la gestión del combustible, el uranio.
“La industria nuclear francesa estuvo inactiva durante la década anterior. Se enfrenta a un cambio de escala duradero, con nuevos desafíos de seguridad y aceptabilidad, y la necesidad de mantener la excelencia en el control nuclear y la protección radiológica”, insiste la oficina del ministro. Como señal de que se han escuchado ciertos argumentos, en el texto de la ley se propone un aumento de salarios que implica aumentos del 10 al 15% para el personal de la ASN y del IRSN. Es decir, una dotación de casi 15 millones de euros, cuya asignación está condicionada a la aprobación de la ley. No es suficiente para silenciar las preocupaciones. El miércoles por la mañana, según la AFP, unos 250 empleados del IRSN marcharon en París, desde la plaza Blanche hasta la plaza Saint-Augustin, no lejos del Elíseo.