Si bien más de dos tercios de las aguas subterráneas francesas siguen siendo actualmente deficitarias, el Senado dio a conocer este miércoles las conclusiones de su misión de información sobre la gestión sostenible del agua. Al final de cinco meses de trabajo, los relatores abogaron por 53 propuestas para promover el “uso compartido del agua”. Mientras los enfrentamientos en torno al controvertido proyecto de retención de agua en Sainte-Soline (Deux-Sèvres) se intensifican desde hace un año, los senadores se niegan a cualquier moratoria sobre el tema.
“Tenemos que volver a poner a la gente alrededor de la mesa y corregir los errores cometidos en ciertos proyectos como la falta de apoyo público o un modelo económico sólido”, declaró Rémy Pointereau, senador (LR) de Cher, y Hervé Gillé, senador (SER) de la Gironda. Reflexionemos también, para estos embalses de agua, sobre modelos de usos múltiples, que permitan resolver los conflictos de usos. Recuerde que la agricultura, muchas veces señalada, es un tema de soberanía alimentaria. El agua utilizada se utiliza para alimentarnos, y las plantas son medios importantes para almacenar carbono.
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Entre las otras propuestas: la de reforzar la financiación para gestionar mejor el preciado recurso. En marzo, Emmanuel Macron lanzó una dotación anual de 475 millones de euros para ayudar a las agencias del agua a implementar su plan para preservar la calidad y cantidad del agua disponible. Insuficiente, según la Cámara Baja, en particular para la mejora de las redes de agua potable, de las que se escapa un promedio del 20% de los volúmenes.
“Al ritmo actual, se necesitarían 160 años para renovar toda la red de ciudades medianas y sus comunidades. Sin embargo, debería hacerse tres veces más rápido”, creen los ponentes. Este último situó el déficit de inversión anual en 4.200 millones de euros para modernizar y mantener eficientemente los oleoductos franceses.