Miembros de la comunidad Longo Maï de Chanéac (Ardèche) mataron a siete perros de caza este sábado 16 de diciembre, según supo este lunes Le Figaro en un comunicado de prensa de la federación departamental de cazadores de Ardèche, confirmando la información de Dauphiné Libéré. Las denuncias fueron presentadas por la asociación de cazadores propietarios de caninos.

En su comunicado publicado el lunes, la federación departamental de cazadores de Ardèche denunció una “matanza con una crueldad indescriptible”, con el pretexto de que “los perros perseguían animales domésticos”. Dijo que aún había otras denuncias pendientes.

La comunidad Longo Maï es un grupo agrícola y artesanal autogestionado, internacional y anticapitalista. Reúne a once cooperativas, en particular en Francia, Alemania, Austria y Suiza, y ya ha sido objeto de acusaciones de abusos sectarios.

Unas semanas antes ya se había producido un altercado en el que los granjeros amenazaron de muerte a los perros de los cazadores.

“La gente de la comunidad nos dijo que los perros iban a atacar a los cerdos que crían”, cuenta uno de los dos propietarios de los perros sacrificados entrevistado por Le Dauphiné Libéré. “Pero si los animales están libres y los perros los perseguían, es difícil entender por qué a todos nuestros perros les dispararon entre los dos ojos, a quemarropa, o con cuchillos o bayonetas, en las costillas o en la garganta… Nosotros Creo que los atraparon uno por uno para matarlos”.

Para uno de los miembros de la comunidad entrevistado por Le Figaro, hay “muchas cosas difamatorias”. Según él, los miembros querían defender a sus animales de granja, los cerdos estaban en libertad. Los animales habrían sido el objetivo de la manada y serían imposibles de controlar. Cuando los perros fueron capturados por miembros de Longo Maï, los cazadores tardaron más de una hora en venir a recogerlos. “Tenemos un acuerdo verbal con los cazadores, pero también un acuerdo escrito porque aquí tenemos muchos animales, además de muchos niños”, explicó. Señala que cada dos semanas les dicen a los cazadores que no entren a su propiedad.

Sin embargo, “el terreno no está vallado, es campo. No podemos hacer entender a los perros que no deben ir más allá de un lugar, no es posible”, reaccionó uno de los dos cazadores entrevistados por Le Dauphiné.